Una vez leídas todas las intervenciones insertadas en el foro de la página municipal respecto a la Feria 2005, parece, o me parece, que existe un cierto descontento entre los que han tenido la fortuna de estar en esos días, que no es poco.
Lo difícil sería que todos estuvieran contentos con el desarrollo de las actividades festivas, pero nunca llueve a gusto de todos, ni tan siquiera en estos tiempos de sequía que estamos padeciendo.
A favor de los organizadores (Comisión de Fiestas y Corporación Municipal), con toda seguridad puede decirse que lo habrán hecho con su mejor intención y con el deseo de agradar a la mayoría de los residentes y visitantes.
Ya están lejos aquellos días de remolque en medio de la plaza, cuando los vecinos aportaban lo que buenamente podían para celebrar las fiestas. Ahora es “otro tiempo”, sin duda mejor en lo político –palabra antes prohibida en aquella España dictatorial-, pero, tal vez, sólo tal vez, diferente en lo cotidiano, aunque, creo, no por causa de la política, sino porque los valores personales y sociales han cambiado – no entro en si para mejor o peor, ya que eso es una cuestión personal-.
Vivimos tiempos en los que queremos hacer depender todo de la política, con lo cual siempre tenemos un chivo expiatorio para cualquier asunto (Tampoco sé si es bueno o malo, pero sí que es cierto).
Basamos todo, incluso nuestra propia diversión en lo que hacen o dejan de hacer los políticos, con la consiguiente desidia participativa y haciendo el juego a los que verdaderamente les interesa que se critique, en positivo o en negativo, a los políticos, haciendo bueno aquello de ¡Critica que algo queda!
El disfrute de las cosas no se puede dejar en manos de políticos de turno. Lo personal es de cada uno y si perdemos lo que nos diferencia con los animales irracionales, el libre albedrío, ¿Qué nos queda?
La vida en sociedad, a mi juicio, debe basarse en el respeto. Existiendo éste, todo lo demás viene dado.
Los fallos de la Feria 2005 tienen su propio valor: No repetir y subsanar para la próxima.
Respetuosos saludos.
Lo difícil sería que todos estuvieran contentos con el desarrollo de las actividades festivas, pero nunca llueve a gusto de todos, ni tan siquiera en estos tiempos de sequía que estamos padeciendo.
A favor de los organizadores (Comisión de Fiestas y Corporación Municipal), con toda seguridad puede decirse que lo habrán hecho con su mejor intención y con el deseo de agradar a la mayoría de los residentes y visitantes.
Ya están lejos aquellos días de remolque en medio de la plaza, cuando los vecinos aportaban lo que buenamente podían para celebrar las fiestas. Ahora es “otro tiempo”, sin duda mejor en lo político –palabra antes prohibida en aquella España dictatorial-, pero, tal vez, sólo tal vez, diferente en lo cotidiano, aunque, creo, no por causa de la política, sino porque los valores personales y sociales han cambiado – no entro en si para mejor o peor, ya que eso es una cuestión personal-.
Vivimos tiempos en los que queremos hacer depender todo de la política, con lo cual siempre tenemos un chivo expiatorio para cualquier asunto (Tampoco sé si es bueno o malo, pero sí que es cierto).
Basamos todo, incluso nuestra propia diversión en lo que hacen o dejan de hacer los políticos, con la consiguiente desidia participativa y haciendo el juego a los que verdaderamente les interesa que se critique, en positivo o en negativo, a los políticos, haciendo bueno aquello de ¡Critica que algo queda!
El disfrute de las cosas no se puede dejar en manos de políticos de turno. Lo personal es de cada uno y si perdemos lo que nos diferencia con los animales irracionales, el libre albedrío, ¿Qué nos queda?
La vida en sociedad, a mi juicio, debe basarse en el respeto. Existiendo éste, todo lo demás viene dado.
Los fallos de la Feria 2005 tienen su propio valor: No repetir y subsanar para la próxima.
Respetuosos saludos.