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Esta carta, aunque muy exagerada, algo de verdad tiene. Mucha tecnología y la tasa de fracaso escolar muy alta.
De todas formas me apunto al progreso, siempre que sepamos dónde están los límites.
La primera vez que cogí un ordenador, creí que ese invento no era para mí, qué desilusión. Tenía que llamar a mi hijo para apagarlo y encenderlo, yo estaba escribiendo y desaparecía lo escrito. No te quiero contar cuando tenía que guardar un documento, o abrir una carpeta.
Hasta que hice el primer curso ... (ver texto completo)
Hola con esto de la tecnologia os cuento que tengo una persona conocida y con un buen puesto de trabajo en Barcelona que un dia le pregunte cuanto es 9 por 9 y no lo supo porque claro ella utiliza la calculadora y no se acuerda de la tabla de multiplicar, tambien os acordais de como la aprendiamos en la escuela era cantandola.
Pepi recuerdo las merendillas con pan y chocolate, no se si hacíais colecciones con los cromos que entraban en cada tableta de alguna marca. A mi el chocolate me encanta. También me gustaba el pan con tulipán.
Teresa, yo también recuerdo todo lo que has contado, aunque en distinto pueblo, todo era igual, el día que nos pusieron mesas nuevas, que ilusión. Nosotras también hacíamos la limpieza de la escuela, lo del brasero igualitamente, los juegos lo mismo. En la época de los membrillos íbamos en pandilla a coger uno, y que buenos estaban. A Doña Paula no le gustaba nada que mascáramos chicle, muchos castigos eran por ello. Y cuando llego la moda de los bolsos hechos de bolsas de basura, se hacían tiras ... (ver texto completo)
Añoranza, lo de lo chicles debía ser algo habitual, me han puesto de rodillas alguna vez por masticarlo en clase.
Hola tambien recordareis algunas cuando la abuala de Ichi y Paca la de Catalina, la llamabamos tia Francisca cuando era el tiempo de pelar las mimbres de recompensa nos daban las tijeretas que eran el recorte de los quesos frescos por cierto estaban riquisimas, despues con las cascara de la mimbre haciamos unas trenzas gordas y para columpiarse en algun huerto.
Hablais Añoranza y tú de las mimbres, en concreto de pelar las mimbres, pero ¿para qué se utilizaban? yo supongo que para los cestos. Aquí debía haber mucha tradicción puesto que todavía teneis familias que se las recuerda por esas profesiones (cesteros, mimbreros), pero parece que vosotros hablais de algo común entre el resto de la población y no restringido a esas familias. Bueno contazme
Hola,
Me llamo Marta y soy alumna de 5º de primaria

La semana pasada nos trajeron un montón de ordenadores, para todos menos para el profesor. Nos pusimos muy contentos porque pensamos que también nos pondrían aire acondicionado en verano (nos morimos de calor) y que traerían una pizarra nueva, sin reflejos y en la que se pueda escribir sin que la tiza resbale. O sillas y mesas nuevas adecuadas a nuestra estatura, estanterías y una taquilla para nuestras cosas. Pero no, sólo trajeron ordenadores ... (ver texto completo)
Esta carta, aunque muy exagerada, algo de verdad tiene. Mucha tecnología y la tasa de fracaso escolar muy alta.
De todas formas me apunto al progreso, siempre que sepamos dónde están los límites.
La primera vez que cogí un ordenador, creí que ese invento no era para mí, qué desilusión. Tenía que llamar a mi hijo para apagarlo y encenderlo, yo estaba escribiendo y desaparecía lo escrito. No te quiero contar cuando tenía que guardar un documento, o abrir una carpeta.
Hasta que hice el primer curso de informática, aprendí a utilizar el procesador de textos, a navegar por internet, a utilizar el correo electrónico. Entonces todo fue distinto, hoy no puedo prescindir de él.
Como herramienta en la escuela, me parece necesaria aunque no suficiente, no podemos olvidar los demás recursos y para el fin para el que se utilizan.
Veremos si con los nuevos medios se consigue una educación de calidad y que el fracaso escolar sea algo residual. ... (ver texto completo)
Hola tambien recordareis algunas cuando la abuala de Ichi y Paca la de Catalina, la llamabamos tia Francisca cuando era el tiempo de pelar las mimbres de recompensa nos daban las tijeretas que eran el recorte de los quesos frescos por cierto estaban riquisimas, despues con las cascara de la mimbre haciamos unas trenzas gordas y para columpiarse en algun huerto.
Mónica yo también recuerdo lo de las mimbres, no exactamente de tía Francisca, yo lo que recuerdo es en la puerta de tía Dionisia, y tío Simón, no se muy bien de quien eran, después nos daban una peseta. Ya que has mencionado el columpio, mi amiga Ángela recordara conmigo, el que tenían colgado en el olivo del corral de su casa, menudas tardes nos hemos pasado allí.
Hola,
Me llamo Marta y soy alumna de 5º de primaria

La semana pasada nos trajeron un montón de ordenadores, para todos menos para el profesor. Nos pusimos muy contentos porque pensamos que también nos pondrían aire acondicionado en verano (nos morimos de calor) y que traerían una pizarra nueva, sin reflejos y en la que se pueda escribir sin que la tiza resbale. O sillas y mesas nuevas adecuadas a nuestra estatura, estanterías y una taquilla para nuestras cosas. Pero no, sólo trajeron ordenadores ... (ver texto completo)
En un aula parecida a esta pasé mis mejores años en la escuela. Yo no utilicé los tinteros y las plumas, ya teníamos lápices y bolígrafos, ni teníamos estufa, había un brasero para la maestra, que a veces teníamos que ir nosotras a por él a su casa. La limpieza la hacíamos nosotras, barriamos, fregábamos y limpiábamos el polvo. Después fue cambiando el mobiliario, conocí las mesas individuales para cada alumno muy parecidas a las que tienen hoy, las pizarras, los mapas, las esferas. Las niñas usábamos ... (ver texto completo)
Teresa, yo también recuerdo todo lo que has contado, aunque en distinto pueblo, todo era igual, el día que nos pusieron mesas nuevas, que ilusión. Nosotras también hacíamos la limpieza de la escuela, lo del brasero igualitamente, los juegos lo mismo. En la época de los membrillos íbamos en pandilla a coger uno, y que buenos estaban. A Doña Paula no le gustaba nada que mascáramos chicle, muchos castigos eran por ello. Y cuando llego la moda de los bolsos hechos de bolsas de basura, se hacían tiras ... (ver texto completo)
Teresa todavia recuerdo la dichosa palmeta, cuando poniamos las manos y si la retirabamos doble sesión.
Hola tambien recordareis algunas cuando la abuala de Ichi y Paca la de Catalina, la llamabamos tia Francisca cuando era el tiempo de pelar las mimbres de recompensa nos daban las tijeretas que eran el recorte de los quesos frescos por cierto estaban riquisimas, despues con las cascara de la mimbre haciamos unas trenzas gordas y para columpiarse en algun huerto.
Que recuerdos: Mi maestra Dª Valentina, estuve poco tiempo en la escuela, me fuí muy pequeña fuera, pero la recuerdo con gran cariño yo la quería un montón y ella creo que también, no recuerdo que me pegara, pero si castigarme por no saberme la lección, después me decía se lo voy a decir a tu madre.
¿what?
¿que? lo que lees.
En un aula parecida a esta pasé mis mejores años en la escuela. Yo no utilicé los tinteros y las plumas, ya teníamos lápices y bolígrafos, ni teníamos estufa, había un brasero para la maestra, que a veces teníamos que ir nosotras a por él a su casa. La limpieza la hacíamos nosotras, barriamos, fregábamos y limpiábamos el polvo. Después fue cambiando el mobiliario, conocí las mesas individuales para cada alumno muy parecidas a las que tienen hoy, las pizarras, los mapas, las esferas. Las niñas usábamos ... (ver texto completo)
A tapar la calle,
que no pase nadie.
Que pase mi abuelo
comiendo buñuelos.
Que pase mi abuela
comiendo ciruelas.
Que pase mi tía
comiendo sandía.
Que pase mi hermana
comiendo manzana.
El hombre que ha empezado a sentir el desprecio de los demás, empezaría a quitarse soberbia, prepotencia y chulería de sus adentros y solo así, puede vivir mas sencillamente.
¿what?
LA LETRA CON SANGRE ENTRA.

Puesto que la función del maestro se basa en el principio de autoridad, en la escuela los castigos estaban a la orden del día y, según quien los aplicara, podían ser en verdad crueles y humillantes para el alumno. Cualquier falta o incumplimiento de la norma, por leve que fuera, era merecedora de una reprimenda o un penalización. Los castigos más habituales eran colocar al alumno en un rincón, de cara a la pared, con pesadas pilas de libros en las manos y orejas de burro; ... (ver texto completo)
Teresa todavia recuerdo la dichosa palmeta, cuando poniamos las manos y si la retirabamos doble sesión.