Ego bella mocita, si quiero, de la impresión que me causa tu apariencia o tus acciones, puedo sacar la más sarcástica impresión o, como es el caso, elevarte poco menos que a los altares del Olimpo y sentarte junto a Zeus. Luego mucho más tarde, ir de nuevo a buscarte o dejarte allí para siempre con tus ropajes de colores y coturnos de alto tacón recién estrenados. Pero ego eso no haré porque, entre otras cosas, carezco de perspectiva y aunque me atosiguen hasta agobiarme, aún no me han inflado lo ... (ver texto completo)