21/06/08;18:47:57
Estamos ya en la estación del año en que los rayos del sol dan casi en perpendicular sobre la parte de la tierra en la que nos encontramos. La primavera ha terminado su faena y hasta las coscojas tienen los tallos tiernos. Todo está en grano o granando. Ayer fue la noche más corta del año y, estos días, las folgueiras, las fogatas, las lumbres, las hogueras, la fallas, las cremás o como queramos llamarlas, se encienden por todos los poblados de las Españas y saltan sobre sus brasas mozos y muchachas, que invocando el ritual esperan que se vean cumplidos sus deseos de amores y bienestares. y ahora, en esta etapa tan mágica, me vienes diciendo mocita, que te recite sin fallos el presente de indicativo del verbo “ningunear”. Que no mujer, que lo que pasa, es que los gallitos de pelea que otrora andaban por estos páramos, han abandonado el campo y son reacios a regresar contándonos sus excelencias y los dones con los que fueron dotados por la siempre sabia naturaleza.
Miembras y miembros, hombres y hombras, mujeres y mujeros, todos, cada cual por una causa que ellos solo conocen, dicen que nones, que no les va a pillar la becerra por la tontería de entrar a beber a tu manantial, por muy natural que sea el fluido de tus caños. Además, como dicen por Galicia, “En San Xoan meigas e bruxas fuxirán” y no vaya a ser que en la espantá, se tropiecen con algún hado o hada de esos que vagan sueltos en los espacios infinitos en los que suelen medrar. Que es que son unos indisciplinados traviesos, más malos que el rejalgar, y pueden levantarle la faldilla hasta a la más empingorotada con el pretexto de que se han dejado arrastrar por la fuerza desatada de instintos aletargados que pensaban dominados.
Salud.
Estamos ya en la estación del año en que los rayos del sol dan casi en perpendicular sobre la parte de la tierra en la que nos encontramos. La primavera ha terminado su faena y hasta las coscojas tienen los tallos tiernos. Todo está en grano o granando. Ayer fue la noche más corta del año y, estos días, las folgueiras, las fogatas, las lumbres, las hogueras, la fallas, las cremás o como queramos llamarlas, se encienden por todos los poblados de las Españas y saltan sobre sus brasas mozos y muchachas, que invocando el ritual esperan que se vean cumplidos sus deseos de amores y bienestares. y ahora, en esta etapa tan mágica, me vienes diciendo mocita, que te recite sin fallos el presente de indicativo del verbo “ningunear”. Que no mujer, que lo que pasa, es que los gallitos de pelea que otrora andaban por estos páramos, han abandonado el campo y son reacios a regresar contándonos sus excelencias y los dones con los que fueron dotados por la siempre sabia naturaleza.
Miembras y miembros, hombres y hombras, mujeres y mujeros, todos, cada cual por una causa que ellos solo conocen, dicen que nones, que no les va a pillar la becerra por la tontería de entrar a beber a tu manantial, por muy natural que sea el fluido de tus caños. Además, como dicen por Galicia, “En San Xoan meigas e bruxas fuxirán” y no vaya a ser que en la espantá, se tropiecen con algún hado o hada de esos que vagan sueltos en los espacios infinitos en los que suelen medrar. Que es que son unos indisciplinados traviesos, más malos que el rejalgar, y pueden levantarle la faldilla hasta a la más empingorotada con el pretexto de que se han dejado arrastrar por la fuerza desatada de instintos aletargados que pensaban dominados.
Salud.