El Partido Popular como persona jurídica que es, no tiene culpa de que algunas de las personas de las que se nutre, desde las administraciones locales hasta las más altas cumbres del Estado y de su propia organización, estén metidas hasta el pescuezo en operaciones fraudulentas en las que el ánimo de lucro es manifiesto, pero algunos de sus dirigentes si, porque son ellos quienes nombran a esas personas para ejercer un determinado cargo, del que después se aprovechan para sus lucrativos a título personal trapicheos.
En nuestro asentamiento y en casi todos los pueblos del sur peninsular, hubo una época recién muerto el dictador, en que unos jóvenes políticos con menos preparación que idealismo, cometieron el tremendo error de pensar que todo el mundo era bueno y quizás por eso, prestaron su apoyo a aquellos necesitados de un jornal con el que alimentar a su familia, cometiendo ellos de paso y bajo su responsabilidad, un acto delictivo prohibido a los funcionarios públicos.
Mitigaron con su acción desinteresada el hambre de mucha gente necesitada, es cierto, pero también se subieron a ese carro gente sin escrúpulos, vividores de toda condición y pelaje de los que tanto abundan, desgraciadamente, por las Españas y los extranjeros.
Pero ellos (jóvenes e inexpertos políticos), no perseguían con sus acciones, el medro personal o el enriquecimiento, sino una meta más valiosa, dar de comer al necesitado, de ahí, que todos los que fueron juzgados y hasta condenados con las leyes en vigor entonces, terminaran siendo indultados, salvo alguna rara excepción que desconozco de momento.
Viene todo este rollo a cuento, para que quede bien clara la diferencia entre esas conductas de hoy y aquellas de ayer, ya que, hay por el desalmendrado, una especie de babosa con patas, posiblemente un resentido psicópata despechado, que se ha marcado como objetivo de su vida manchar con su babaza tóxica y maloliente, la reputación de una de esas personas que de manera desinteresada pusieron en peligro su libertad y sus propios medios de vida, es decir, su puesto de trabajo ganado en buena lid y pasando por encima de otra gente con menos inteligencia, conocimientos y capacidad. Aunque eso sí, con un cerebro depravado que pasa de puntillas sobre su propia mediocridad.
Este gasterópodo con concha o sin ella, es de procedencia local, o sea, no ha llegado hasta nuestro asentamiento procedente de los arrozales del Delta del Ebro donde actúan en piara y están causando estragos en la cosecha, sino que es remanente de aquella otra manada que por estas fechas del año treinta y seis del siglo pasado, batieron todos las marcas que es capaz de alcanzar la malicia humana.
Más de trescientos muertos en una población tan raquítica, son muchos muertos y, TIEMPO PERDIDO, La Guerra civil en Almendral 1936-1939, además de los nuevos intereses económicos de hoy mismo y sus actores directos, quizá están incapacitados para incapacitados para ver con claridad la diferencia entre el mal en su pura expresión y aquellas acciones cometidas por hombres buenos, que no supieron diferenciar en su día, la diferencia entre el trepa, el baboso, el lameculos y los sencillos jornaleros.
Salud.
... (ver texto completo)