Camarín
Coincidiendo con la sustitución del altar mayor se decidió reformar el camarín de la virgen, ganando en monumentalidad gracias al tratamiento de los muros, a la solución abovedada del forjado de la Coveta, al cambio de pavimento y al remate de la estancia. Las paredes se rodearon de un zócalo de mármol oscuro y en los ángulos columnas con fuste de mármol rojo con capiteles corintios dorados. De ellas arranca el entablamento con friso ricamente decorado y cornisa con rosetones y ménsulas también doradas. La estancia se cubre con cúpula sobre pechinas en cuyo tambor se sitúan ocho huecos con vidrieras que iluminan tímidamente el camarín.
Coincidiendo con la sustitución del altar mayor se decidió reformar el camarín de la virgen, ganando en monumentalidad gracias al tratamiento de los muros, a la solución abovedada del forjado de la Coveta, al cambio de pavimento y al remate de la estancia. Las paredes se rodearon de un zócalo de mármol oscuro y en los ángulos columnas con fuste de mármol rojo con capiteles corintios dorados. De ellas arranca el entablamento con friso ricamente decorado y cornisa con rosetones y ménsulas también doradas. La estancia se cubre con cúpula sobre pechinas en cuyo tambor se sitúan ocho huecos con vidrieras que iluminan tímidamente el camarín.