VALENCIA: 16–. Siendo inhumanas las pena reales que los Síndicos...

16–. Siendo inhumanas las pena reales que los Síndicos podían mentar, y también los regantes, estas rara vez se aplicaban, pues los valencianos tenían decidido ser –Homens, con lo cual todos se respetaban y muy rara vez había razón para condenar.
En aquellos casos en que a la persona corregida las consideraciones espirituales de los Usos mentalmente no le afectaran, nada le dijeran, en dichas circunstancias las leyes de la huerta, Usos y Costumbres, lo declaraban Foser, Cansalà. Persona viva no fiable en ningún sentido y de la cual había que huir. A estas personas consideradas negativas, y dañinas, Cansalà, toda la huerta los maldecía deseándoles todos los males, no los físicos sino los espirituales, cosas que finalmente se sufrían. Ante dichos comportamientos no había caridades, ni bienaventuranzas, ni comprensiones evangélicas, ni coránicas, ni humanistas. La persona en cuestión era declarada por todo la huerta "Cansalà", reconociéndolo como tal toda la colectividad huertana. Si en su locura persistía en hacer daño, la desgracia personal se lo cobraba, pagándolo él y su familia. Todo esto la jerarquía eclesiástica siempre lo negó y nunca quiso que fuera.
Algunos foráneos aquí llegados, por estimar que todo lo valenciano era ingenua creencia, ellos no hacían caso del Tribunal Síndico y de su gracia, recurriendo a los tribunales convencionales para la solución de sus problemas. Debiendo avenirse los Síndicos con los jueces de las Audiencias.
Cuando personas ajenas a la cultura natural valenciana intentaban averiguar que gracia tuviera esta y como fuera el llamado Uso del Tribunal, todos callaban. Trascendiendo solamente no la esencia si no el envoltorio. Durante todo el tiempo de vida del Tribunal nadie supo de ninguna de las sentencias espirituales que dieran los Síndicos. Sólo el –Parle voste y Calle voste. Y quienes del Tribunal escribieran, políticos y letrados, sólo dijeron lo que sabían; de su gracia, nada, pues de ella todo lo ignoraban.

De los originales canales romano–edetanos de Pedralba a Valentia y Arse, 160 a. De. C. Aun quedan restos visibles, en vergonzoso abandono y miseria. Los tenemos en Villamarchante, Ribarroja y Manises; los de Valentia. En Rocafort, Moncada, Burjasot, La Cañada. La Pobla, Benaguacil, Liria, y Pedralba; los de Arse.
Se conservan intactos tal como se hicieran los tramos del canal romano en el Osito, frente al Ecoparque de la Pobla; En les Eretes, al lado de la empresa Celabe en Benaguacil. Y de forma notablemente conservada pues aun está en uso, el túnel de la Rambla Castellarda de Lliria. También esta visible la obra de corte que los romanos hicieran en la presa original. Quedando esta en estos momentos enterrada bajo las grabas del rió.
La obra mencionada con 2000 años de historia fue en antiguo la más larga que se construyera en Europa, pues solo le gana en longitud el acueducto de Cartago construido en áfrica posteriormente.
Espero que esta breve reseña sirva a las nuevas generaciones de jóvenes valencianos para conocer la historia de su tierra.
So. Andrés Castellano Martí. 27–5–2004.