Llegué a
Valencia para trabajar, sin conocer mucho de ella. Poco había visto por televisión sobre la bella ciudad, unicamente la Ciutat de las artes y alguna vez la
playa. Fuí descubriendo Valencia poco a poco, en el transcurrir de mis jornadas laborales, llendo o viniendo en mi vida diaria. Y mejor así porque cada día era una sorpresa. Me gustaba salir de mis rutas diarias, perderme a posta y encontrar nuevos lugares, exquisiteces para la vista. El día que me encontré sin buscarlo con el
Palacio ... (ver texto completo)