El señor Aznar es un cínico, porque él sabe, como sabíamos millones de personas en todo el mundo cuando salimos a la calle, que lo que en Iraq se buscaba no eran armas sino petróleo, como dijo el hermanísimo de Florida, cuando habló en su visita a España de las “enormes ventajas” en el reparto. Y los Tribunales Internacionales deberían tomar buena cuenta de este cuarteto de las Azores, porque lo que ha quedado demostrado es que provocaron una guerra sin tener las pruebas que esgrimieron para justificar la invasión.