BENICARLO: HISTORIA. Esta v. es de origen árabe, y viniendo a...

HISTORIA. Esta v. es de origen árabe, y viniendo a la corona de Aragón, trabajada por las vicisitudes de los tiempos, el rey D. Jaime la concedió carta de pobl., expedida en Tortosa á 14 de junio do 1236 y autorizada por el procurador general D. Fernando Pérez de Pina: en esta carta se la concedieron muchos privilegios. En 1246, según escritura otorgada por Guillermo Bartolo, concedió a esta v. el mismo rey, que solo ella pudiera tener hornos y herrerías, derogando la donación que habia hecho de ellos a favor de Gabriel Ferrer. Concedióse aun a los vec. de Benicarló por real privilegio de 1294 ser francos y libros de peage, lleuda y pontaje del puente de Tortosa y barca de Beniallet, y que pudiesen apacentar sus ganados mayores y menores en el térm. de dicha c. sin paga alguna. El rey D. Pedro III de Aragón concedió a los vec. de Benicarló, por privilegio de 25 de junio do 1370, dado en Barcelona, permiso para embarcar y desembarcar libremente en su playa todo cuanto necesitasen y les conviniese, cuya gracia fué después confirmada por el infante D. Juan de Aragón y los maestres de la orden de Montesa, los cuales confirmaron también todos los demás privilegios (siendo de esta orden el sen. de Benicarló) según escritura otorgada en 21 de agosto de 1506 que obra en el archivo dé la v. Benicarló más tarde obtuvo nuevos privilegios; pues lejos de tomar parte en las germanías, se señaló muy particularmente, por el emperador y mantuvo durante toda aquella desastrosa guerra, una compañía a su servicio, compuesta de 200 hombres. Sitiáronla los agermanados con artillería y en número de 15 banderas; pero al cabo de 20 dias hubieron de retirarse con alguna pérdida y sin otro fruto que haber quemado y robado sus arrabales de donde se llevaron todo el vino. Por sus servicios la concedió el emperador en 8 de mayo de 1523, privilegio para celebrar una feria por espacio de 17 dias cada año, principiando el 17 de agosto: en 15 del mismo mes otro para poder sacar 1,000 cahíces de trigo de Aragón y Cataluña en tiempo de prohibición: y últimamente en 20 de septiembre del mismo año, la dio el título de v., concediendo a sus moradores permiso para coronar el campanario. En la última guerra civil ha sufrido esta pobl. varios ataques por los carlistas al mando del Serrador y otros cabecillas, y siempre se defendieron sus nacionales con el mayor valor y arrojo. El dia 24 de enero de 1838, la puso Cabrera sitio formal con cinco batallones, cuatro escuadrones, y 5 piezas de artillería de grueso calibre. Colocó un cañón de á diez y seis en el camino do Alcalá y a tiro de pistola de la igl., de modo que con tal proximidad, el primer disparo de la pieza abrió un terrible boquete en la capilla de la Soledad, atravesando la bala hasta la pared de enfrente. En el conv. situaron otras dos piezas contra el ángulo superior de la igl. y el torreón que allí se habia construido, el cual en pocos minutos quedó hecho un montón de escombros. Entre el huerto de la Vega y el camino de Alcalá pusieron 2 obuses que dirigían certeros tiros al alto de la torre, a pesar de su elevación. El fuego no cesaba ni de dia ni de noche: el que de fusilería hicieron los sitiados era horroroso, y muy vivo también el que sostenía su línea de tiradores establecida en las casas que rodeaban la igl. Asi continuaron hasta el 27, en cuyo dia aumentó Cabrera sus esfuerzos, poniendo en juego otros 2 morteretes con los cuales consiguió arrojar 5 bombas dentro de la igl. y muchas granadas que causaban en los sitiados bastante daño. Es indecible lo que trabajaron la guarnición y M. N. encerradas entre cuatro desmoronadas paredes: macizaron toda la claustral de la igl. por la parto de Alcalá, y lo mismo el ángulo que mira al conv.: para verificarlo cavaron la igl. más de 7 a 8 palmos, cuya tarea asombró a los carlistas. Para las brechas cosieron sacos de cuanta ropa hallaban a mano, quitándose sus propios vestidos, sin conservar más que lo preciso para no estar enteramente en cueros. Dicho dia estaba próxima a desplomarse la mitad de la igl., pues las balas de á 16 habían casi destruido una de las pilastras que sostenían la media naranja dé la cruz del templo. El campanario completamente arruinado, no servía ya de baluarte a los sitiados: los carlistas habían sorteado las compañías que debían dar el asalto. En tal conflicto tuyo lugar la capitulación, por cuyo medio salvaron la vida los valientes defensores de Benicarló, acepto Roure (*) que debió su conservación al ardid: Cabrera lo había dejado fuera de capitulación, y él pata conservar la vida le ofreció, entregarle a Vinaroz, si le permitía llegar hasta dicha plaza con 8 ó 15 soldados, siguiéndole él con toda su fuerza, para que ocupado que hubiese con su escolta la entrada dé la c. y sorprendido la guardia, las tropas carlistas acudiesen a proteger la lucha que ofrecía entretener mientras llegaban. Fué creído, y nada cumplió después que consiguió salvarse. Los otros prisioneros fueron conducidos a los depósitos, y los carlistas después de haber exigido 8,000 duros por derecho de conquista, abandonaron a Benicarló, dejando completamente inutilizadas las fortificaciones, que fueron restauradas, y ocupada nuevamente la v. por los carlistas, fué abandonado definitivamente su fuerte por ellos en 1810, sin hacer oposición alguna. El escudo de armas dé Benicarló figura una cruz de Montesa con un cardo a cada lado..
* Diccionario Geográfico – Estadístico - Histórico de España y sus posesiones de Ultramar, Pascual Madoz, 1848.