MIRANDO AL MEDITERRÁNEO
Sentí la voz del destino
mirando al Mediterráneo,
ayer le vi tan divino
que no le noté foráneo.
Viendo la gente en su orilla
como alegre caminaba,
en esa tarde sencilla
que la lluvia amenazaba.
Alicante es buena plaza
para sentir sus latidos,
El Postiguet es la baza
de vivir sueños perdidos.
Las olas siguen llegando
envueltas entre emociones,
parece que van cantando
una fiesta de canciones.
Mediterráneo de flores
llenas de dulce armonía,
rebosante de colores
que son pura sintonía.
La noche se vuelve hermosa
con sonidos delirantes,
tiene su brisa esa cosa
de marineros pensantes.
Los reflejos del paisaje
hacen grande su marisma,
hoy divise su oleaje
y comprobé su carisma.
Vivir de cerca sus olas
te deja sabor marino,
aunque te encuentres a solas
siempre marca tu destino.
G X Cantalapiedra.
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