Tres son los templos que, a través de los tiempos, se han sucedido en el mismo solar que actualmente ocupa la Basílica de
Santa María. El más antiguo del que se tienen noticias es la mezquita de la ciudad musulmana que, según la
tradición, fue consagrada por Arnau de Gurb, obispo de
Barcelona que, al decir del Llibre dels Fets, acompañaba a Jaime I el Conquistador, rey de la Corona de
Aragón, en su entrada en la ciudad en 1265. La advocación escogida, como en el caso de muchas otras poblaciones recuperadas para la civilización cristiana por este monarca, fue el de Santa María en su glorioso Tránsito y Asunción a los
cielos.