CALPE EN EL CORAZÓN Y LA MEMORIA
El martes estuve todo el día en esa ciudad encantada, mis recuerdos y mi memoria me llevaron por sus calles principales, fue un volver al pasado a los tiempos de la pandemia que pasé allí medio año, esta vez fue distinto, anduvimos por la Playa del Arenal, y estuvimos a los pies de ese Peñón de Ifach que tantos recuerdos y fotos llevo en mi cerebro, Calpe es algo especial, las corrientes de viento te dejan sin sudores, el paisaje te marca tu camino, y si encima tienes la suerte de poder comer en “Brisa Andaluza” mucho mejor, te quedas contento al ver que existen personas capaces de entenderte a fondo, y darte de comer fabulosamente, en La Playa de La Fosa, mirando al mar Mediterráneo. Es un lugar de recreo con tiendas y demás y locales de todas clases, El turismo es bastante grande, se puede decir que por allí se pasean personas de todas las razas y nacionalidades. Cuando los recuerdos afloran sobre tus propias pisadas, sientes a personas que allí tuvieron y tienen su morada para la eternidad, amigos de mi infancia que en ese Calpe encontraron su vida resuelta, es un lugar digno de poder andarlo sin prisa, de caminar mirando a su entorno de montañas que perforaron para hacer autovía, o Carretera Nacional, Calpe es un sorbo de vida nueva, un lugar donde creo que los piratas hace años dejaban sus huellas, hoy día esta ciudad con muchos rascacielos, te invita a mirar a sus cumbres montañosas, y pensar que allí la vida transcurre con toda la normalidad posible. Las palmeras bailan su baile con prisa, y el viento arrastra esa brisa que te deja sin esos calores de Levante, El Peñón de Ifach, con sus 333, metros sobre el nivel del mar allí mismo, es posible escalarlo, aunque no debiera entrar en la mente de personas que no tengan necesidad de correr riesgos, la parte superior ya te lo dice un letrero, que es un camino de cabras, son piedras y hierbas salvajes, Aunque tiene unas vistas maravillosas, y se te quedarán en tu memoria para toda la vida. A Calpe le llevo en mi cerebro y en el corazón dentro hasta el final de mis días. Si no existiera Calpe, habría que soñarlo para disfrutarlo. G X Cantalapiedra. 9 – 10 – 2025.
El martes estuve todo el día en esa ciudad encantada, mis recuerdos y mi memoria me llevaron por sus calles principales, fue un volver al pasado a los tiempos de la pandemia que pasé allí medio año, esta vez fue distinto, anduvimos por la Playa del Arenal, y estuvimos a los pies de ese Peñón de Ifach que tantos recuerdos y fotos llevo en mi cerebro, Calpe es algo especial, las corrientes de viento te dejan sin sudores, el paisaje te marca tu camino, y si encima tienes la suerte de poder comer en “Brisa Andaluza” mucho mejor, te quedas contento al ver que existen personas capaces de entenderte a fondo, y darte de comer fabulosamente, en La Playa de La Fosa, mirando al mar Mediterráneo. Es un lugar de recreo con tiendas y demás y locales de todas clases, El turismo es bastante grande, se puede decir que por allí se pasean personas de todas las razas y nacionalidades. Cuando los recuerdos afloran sobre tus propias pisadas, sientes a personas que allí tuvieron y tienen su morada para la eternidad, amigos de mi infancia que en ese Calpe encontraron su vida resuelta, es un lugar digno de poder andarlo sin prisa, de caminar mirando a su entorno de montañas que perforaron para hacer autovía, o Carretera Nacional, Calpe es un sorbo de vida nueva, un lugar donde creo que los piratas hace años dejaban sus huellas, hoy día esta ciudad con muchos rascacielos, te invita a mirar a sus cumbres montañosas, y pensar que allí la vida transcurre con toda la normalidad posible. Las palmeras bailan su baile con prisa, y el viento arrastra esa brisa que te deja sin esos calores de Levante, El Peñón de Ifach, con sus 333, metros sobre el nivel del mar allí mismo, es posible escalarlo, aunque no debiera entrar en la mente de personas que no tengan necesidad de correr riesgos, la parte superior ya te lo dice un letrero, que es un camino de cabras, son piedras y hierbas salvajes, Aunque tiene unas vistas maravillosas, y se te quedarán en tu memoria para toda la vida. A Calpe le llevo en mi cerebro y en el corazón dentro hasta el final de mis días. Si no existiera Calpe, habría que soñarlo para disfrutarlo. G X Cantalapiedra. 9 – 10 – 2025.