CALPE: AQUEL MATRIMONIO CON MÁS DE SETENTA AÑOS...

AQUEL MATRIMONIO CON MÁS DE SETENTA AÑOS
Caminaron día y noche por esas playas preciosas, que sin hablar de derroche vivieron horas dichosas. Calpe con playas bonitas a la vez de bien cuidadas, donde la penas se quitan en la bellas alboradas. Desde su piso armonioso El Peñón era testigo, de ver ambiente dichoso sin tener ningún amigo. La Playa del Arenal con sus olas trepidantes, siempre te dan la moral de seguir de caminante. En La Playa de La Fossa, con El Peñón por delante, el aire te huele a rosa con suspiro dialogante. Aquella Casita Blanca, tiene una grúa flamante, vi sus piedras que se arrancan de una forma muy brillante. Calpe vivieron sin prisa, siempre mirando adelante, buscando la fiel sonrisa de esa ciudad elegante. Calle de Gabriel Miró, con sus tiendas de detalles, La Plaza del mar brilló para ver lucir los talles. Calpe llena de misterios donde El Peñón es amable, en muchos momentos serios vives cosas impensables. Aquel matrimonio andando por las laderas de Calpe, supieron como buscando ves el comercio amigable. Pisando calles estrechas, viendo bonitos lugares, sin querer borrar las flechas de estos tiempos anormales. El matrimonio marcando sus paseos noche y día, sobre su costa dejando frases que dan alegría. Pasaron más de medio año, en perfecta sintonía, sin querer ver ese daño que la pandemia ofrecía. Los años no tienen freno si se sueñan esperanzas, nadie quiere hacerse el bueno temiendo sufrir tardanzas. Calpe completa de brisas en sus noches estrelladas, donde no divisas prisas ni ves pasiones marcadas. Caminantes de la tarde por esas playas gozosas, cuando el sol parece que arde en sus horas más dichosas. Calpe te llena de sueños que no puedes olvidarles, viendo momentos risueños que quieres siempre mimarles. Veredas llenas de vida, laderas que ves distantes, donde ves su gente erguida en muchos bellos instantes. Sin olvidarnos de nada, tan solo la luz brillante, esta ciudad tan amada no me parece distante. Calpe de rosas y flores, donde conoces amantes, que viven entre colores de sus playas más sedantes. Volver a Calpe en verano, para gozar de su ambiente, es querer tender la mano a su más sentida gente. G X Cantalapiedra.