ALICANTE: DESDE LA CASTILLA PROFUNDA A LAS CUEVAS DEL CANDELABRO....

DESDE LA CASTILLA PROFUNDA A LAS CUEVAS DEL CANDELABRO. EN VALENCIANO CANALOBRE.
En el verano de 2017, aquel niño con tan solo 11, años, comento a sus padres, que quería ir a conocer las Cuevas del Candelabro, en el término de Busot, Alicante. Y los padres que le habían indicado, que por su buen comportamiento en las clases del colegio, le llevarían a veranear hasta Alicante, no quisieron negarle nada, y en pleno mes de agosto, se decidieron ir hasta esa ciudad tan bonita y acogedora que es Alicante. 600, kilómetros justos de carretera, casi todos por autovía, sin peaje, saliendo a la nacional VI, en Medina del Campo, y rodeando Madrid por la M, 40, para seguir por la autovía de Valencia, nacional III, hasta el kilómetros 176, que empieza la autovía del Mediterráneo, conocida como la A, 31, que circularían hasta la ciudad de Alicante, donde en una pensión ya contratada, se alojarían en el Barrio de Benalua, y sin dudarlo más, a la mañana siguiente, marcharon hasta El Campello, donde siguiendo las instrucciones que el niño recibió en internet, pudieron llegar a Busot, y continuar hasta las Cuevas del Candelabro, donde pudieron aparcar su vehículo turismo, y sacar la entrada, para poder pasar dentro del recinto: El niño comento a sus padres, estas Cuevas tienen muchos años, pero se hicieron famosas, al llegar la guerra incivil española, dando sitio en una plataforma construida sobre la mitad de la profundidad, se montaron los motores de los aviones rusos, que en aquella guerra estuvieron funcionando en España. La visita fue estupenda, y el guía explicando los motivos y fechas de su descubrimiento, y sobre la plataforma construida, miraban hacia el fondo de la Cueva, que desde la parte alta, hasta su fondo, tiene 108, metros de altura, y tiene la forma nunca mejor dicho, de un candelabro con varias velas. La humedad era grande, la plataforma, se encontraba como a unos 80, metros de la puerta que hicieron entonces, para pasar las piezas de los motores que allí se montaron, y que ahora adornada y embellecida, es el lugar de entrada de dicha Cueva, La parte de arriba por donde parece que logro entrar hace siglos el pastor, que descubrió dicho hueco tan enorme, tiene suficientes escaleras para poder visitarlo. El ambiente allí en el interior del recinto de la Cueva, notas la humedad y el paso de los siglos sobre sus estalactitas, El niño aquel quería buscar algún parecido, con aquel lugar que tanto le sorprendió, tan solo comento a sus padres, “Esto es diferente de las bodegas de nuestra Villa de Valladolid, aquí es todo hecho por la Madre Naturaleza, y sin embargo las bodegas nuestras, fueron hechas a fuerza de mano de obra de gentes que se dejaron muchas horas de trabajo, para tener sobre el subsuelo, más de medio kilómetros de túneles, que ahora apenas usamos, al construir varias bodegas nuevas sobre el suelo, con depósitos de vino de las cosechas actuales. Me voy muy contento de conocer esta Cueva y su bella historia”, El joven y su familia continuaron por playas de Alicante, su veraneo, pero al volver a su Castilla Profunda, el recuerdo de aquel lugar le llevaba consigo en su memoria, y en su escuela pública, pudo explicar a sus compañeros y profesor, aquel capricho de la Naturaleza, a tan solo 26, kilómetros de su domicilio del Barrio de Benalua, en la bonita ciudad de Alicante. G X Cantalapiedra.