Alicante fue conquistada el 22 de abril de 1296, a pesar de la resistencia del alcaide del
castillo Nicolás Peris, terminando con la soberanía castellana. La conquista fue, en parte, facilitada por los colonos cristianos de origen catalán o aragonés asentados en Alicante tras sofocar la rebelión morisca, el año 1266, llevada a cabo por Jaime I de
Aragón. Nicolás Peris, también conocido como Nicolás Pérez de
Murcia, (¿?-1296) fue un caballero castellano.