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Un recuerdo a la tía María Jiménez, con su vestido y su pañuelo negro, pasando como una exhalación con una palangana a rociar el suelo.
¿Sigue estando la mesa de billar?. Si comeis migas llevaros un desatascador.
Una buena vista de la Oliverica. Supongo que estará tomada desde la casa de la Fuensanta. Los comentarios sobre la misma se quedan cortos.Desde el pino se divisa la costa de Mazarrón, cuando no hay boria.
Desde el Collao nos asomábamos a ver subir el coche de línea, que con un chorro
De polvo se divisaba casi saliendo de Lorca.
Por supuesto la vista de noche es de las mas maravillosas que se pueden ver.
Un recuerdo a Angel de Almendricos. Tenían una balsa que en verano la aprovechamos para darnos un buen baño.
Había otra en casa de la tía Bartola y otra en Casete y en Manqueses.Cuando volvíamos al Campico estábamos otra vez para bañarnos.
Me parece, por orden cronológico, que los curas por mí conocidos fueron:
Don Francisco, don Ramón, don Gabriel, don Serafín y don Jose.
De don Francisco apenas recuerdo algo.Sé que le gustaba el futbol. Don Ramon vino con su madre y de vez en cuando con su hermano Jesús.A don Serafín le gustaba la música y tenía tocadiscos con discos de zarzuelas.Tenía un poco de mala leche. De don Jose recuerdo que trajo el primer televisor al Campico.Fue alucinante, teniendo en cuenta que todavía no había luz ... (ver texto completo)
La casa en obras de la izquierda fué de la tía Antonia, al lado, más arriba, la tienda de Francisco e Isabel, donde aparte de ser el primer sitio de "tapeo", fué también casino, jugándose las copas de anís, quiero recordar mesas jugando al subastao con Diego, Celestino, Paco el palero, Pedro, El Sordo, don Tirso, Gonzalo, Paco el de La Venta, Francisquillo, el Pinche...
En el atrio, por la noche, después del rosario con letanía en latín puro y duro dirigido por manuel el ciego, acostumbrabajos a jugar los críos y no tan críos a la una la mula, entre ellos recuerdo a Domingo Oliva, Manolín el de Esperanza, Ginés, Enrique de de.Tirso, Perico el de La Cañá, su hermano Angel. Después se incorporaban el Celestino, Perico.

Las zagalicas, sentadas, jugaban a las prendas, se hacían bailes (por supuesto sin tocar carne).
La casa de la izquierda, de Teresa la de don Tirso, anexa a la del "Canana", gitano que llegó por los años 1960, con su madre, desde Barcelona, porque tenía familiares en el Campico. Al principio se alojaron al lado del cementerio, lugar insalubre y nada higiénico. Era un buen hombre.
Corresponde, me parece, a la punta de las casas.En la misma calle vivía el tio Francisco, patriarca de "los poyos", con su hijo Bartolo.
Cuando venía el autobús desde Lorca, con pasajeros, correos, se concentraba todo el pueblo aquí.
A la izquierda, la casa de de. Tirso y deª.Esther. Todas las mañanas, en verano,
Con su mecedora y su libro, de.Tirso tomaba el fresco y, de vez en cuando, un saludo a la Simona cargada de leña, a Isabel "la rosá", a Juana, "la panocha", a Diego Raja, caballero simpático donde los haya.
Al final de la calle, bajando a mano izquierda, vivía el tio Ramón el cojo, que no se destacaba precisamente por ser muy simpático. El pobre vivía solo.
Tuvo un hijo, Patricio, excelentísima persona, que recuerdo se casó en el Campico y poco después desapareció.
La casa de la izquierda era la antigua tienda de Manolo y Rosa. Su hijo Juanito aún lo recuerdo, era el campeón de correr entre los crios de su edad, como el Quico de la Aurora, Pepico de Almendricos, el Morote, Juan Andrés de Don Tirso ... (ver texto completo)
Me parece que la que está asomada es la Quica. Por los años 1960 daba gusto de verla. Tenía su sexy.
Antes de esa casa, años 1950, hubo otra de una sola planta, donde vivía la tía Josefa, Martín, el Bisonte, etc.
Al fondo la casa de Manolín y de Esperanza. Al inicio de la calle, a la derecha estaba Juan el herrero, y a la izquierda, enfrente, donde se calzaban a las bestias. Los críos recogíamos cualquier clase de objeto metálico, para después vendero y sacar algunas perricas. Al final de la calle, a la izquierda vivían las "melíndras", entre ellas recuerdo a maruja y ¿Patricia?.
El tío manuel el ciego y el tío Patricio, sordo, vivían al fondo a la derecha. Vamos, como para entrar a pedir información.
Para mí de las mejores casas del Campico. En la ventana más cercana, el tío Pedro Pernías, sordo como una tapia, todos los domingos venía con su burra repleta de artilugios para pelar y afeitar. Al fondo de la foto se puede ver
La tienda del tio Francisco "el cojo". Era muy grande, con sus concentrados de refrescos de sabor a limón o fresa, los sacos de harina, las romanas para pesar, los carteles anunciando la cerveza "ElAzor" o "Star Turia". Posteriormente pasó a manos de Bartolo el de la Esperanza.