Desde aqui lanzo un
mensaje de concienciación a los vecinos de
Beniaján y a todos cuantos nos visitan: nuestra
Rambla, una de las más hermosas señas de identidad de este
pueblo, se viene degradando a pasos agigantados de unos años atrás a esta parte. De nosotros depende mantenerla limpia y proteger sus bellos
rincones; si seguimos a este ritmo, acabará siendo un estercolero para verguenza de todos. ¡Por una Rambla viva!.