Es una pena que uno de los
edificios más emblemáticos de
Beniaján (seguramente que junto con el casón de los Viudes en el
monte sean los únicos que nos queden ) esté en tan mal estado de conservación.
Devería intentarse su
compra y una vez restaurado convertirse en un centro social, lúdico o recreativo.
Si esto no fuese posible, tratar con el propietario la restauración de, al menos, la
fachada y entorno. Se que se trata de una propiedad privada, pero las
palmeras y el entorno deberían ser cudadas
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