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ALEDO: Creo que no somos nosotros los que tenemos que adaptarnos...

Creo que no somos nosotros los que tenemos que adaptarnos a ellos (equivocación), es al contrario: son ellos los que tienen que adaptarse a nosotros. Pero eso no será necesario: con 14.000 habitantes frente a 1.000, no hay adaptación que valga, sólo absorción. Con esa masa de gente de golpe, el proceso de adaptación consistirá simplemente en la absorción por parte del grande al chico. Aledo, con todo lo que él significa, será engullido por su clon.

Para que hubiese una verdadera adaptación (bien planificada), creo que no habría que admitir en un principio más de la mitad de habitantes de lo que ahora tiene el pueblo, o sea no admitir más de 500 habitantes nuevos. Después, con el tiempo, ver si se adaptan, qué resultados va habiendo, qué empleos dan (si dan), etc. Y, después, si todo va bien, se deja construir más, y que vengan más habitantes. Sería una situación más manejable, y se haría con más vista. Eso iría por el camino de lo que hoy se llama desarrollo sostenible. Lo otro, lo que se va a hacer, parece más bien insensato: las consecuencias son imprevisibles, y si va mal no hay vuelta atrás.

La información por parte del Ayuntamiento al pueblo, creo que debería hacerlo YA. Informar cuando todo esté decidido y cuando vayan a empezar las obras, ya no tiene sentido. Que, por cierto, no sabemos si ya está aprobado (alguien ha dicho que todo el proyecto está en el Ayuntamiento: eso qué significa). Y la información creo que debería darla a todo el pueblo, no sólo a “los componentes legales del mismo” (Ayuntamiento), es decir, a los concejales. Es cierto que estamos en una democracia, y nuestros representantes están para decidir. Pero en un asunto como éste, en que se va a cambiar para siempre un pueblo entero, lo que ha sido y lo que es, en que se va a cambiar para siempre la vida de toda la gente, sin posibilidad de vuelta atrás jamás, nunca; creo que en un asunto de tanta importancia, lo mínimo que se puede hacer es informar a esa misma gente de lo que se va a hacer con sus vidas y con su pueblo. Y hacerlo no aquí en el foro, sino en una reunión. Informar de todo: lo bueno y bonito (posibilidad de empleos, si los hay, y cuáles, y demás), y también los riesgos que conlleva, que no son pocos, y todo lo que se va a perder para siempre (el agua, la tranquilidad, el paisaje, etc., eso seguro; y quién sabe si perderemos el Ayuntamiento, la seguridad ciudadana, y cuántas cosas más). Informar y dejar opinar, debatir. Lo que nos jugamos es mucho más de lo que parece a simple vista.

Camposol está en un secarral, apartado de cualquier civilización, hacen su vida aparte. Y los pueblos más cercanos son lo suficientemente grandes como para que no les influya lo que los de Camposol puedan hacer. La comparación no es válida. Lo que se va a hacer con Aledo es un caso único.

Puede ser que “si no nos subimos al tren del progreso” nuestros hijos el día de mañana nos lo echen en cara. Pero también podría suceder lo contrario, que nuestros hijos nos dijeran el día de mañana: qué hicisteis de Aledo, por qué os lo cargasteis. O que alguno de nuestro nietos nos diga (en inglés, claro): abuelo, háblame en el idioma ese que hablabais antiguamente (el español).

Dicho es todo sin enfado, sólo participando en el debate de ideas, por supuesto, y en todo caso con pena.