DÍA – 26 – 9 – 2025:
LA ABUELA CORAJE:
Mónica, Ha sido una persona entregada a su familia, primero con sus padres, después con su marido más tarde, con sus hijos y por último con sus nietos, cosa que lo hacia encantada, ella nunca tenia tiempo libre para sus cosas, decía que no lo necesitaba que era feliz con dedicarse a los demás, se sentía viva ayudando a sus hijos y después a los nietos, lo tuvo muy difícil pues los hijos sentían envidia el uno del otro, los dos querían que la madre atendiera a sus hijos, como llevarlos al colegio o hacer de canguro cuando ellos querían salir con los amigos, como la madre no podía atender a los dos les propuso que lo echaran a suertes, o que una semana se encargaba de llevar a unos por la mañana y a los otros los recogía por la tarde, los dos hermanos estuvieron de acuerdo, al principio era solo puntualmente, solo cuando lo necesitaran, pero esto se convirtió en una obligación, haciéndole ver a la madre que a si estaría ocupada todo el día, cosa que según ellos era bueno para la madre, pues desde que el padre falleció no quería salir de casa y eso podía llevarla a una depresión, la dijeron a la madre que ellos le estaban haciendo el favor de dejarla los niños a su cargo, bien, el favor que estos hijos egoístas le hacían a la madre era, por las mañanas tenia que levantarse a las siete para ir a casa de su hijo, encargarse de levantar a sus nietos, vestirlos, darles el desayuno, y llevarlos al colegio, después volvía a casa para recoger lo del desayuno hacer las camas, poner la lavadora … por la tarde vuelta a empezar recogía a los niños de la guardería, los llevaba a casa estaba con ellos hasta que la madre venia del trabajo, la mayoría de los días cuando los padres volvían los niños ya estaban cenados y bañados, y algunas noches estaban dormidos, ese era el favor que estos hijos le estaban haciendo a su madre. Un día cuando la madre entra en su casa se siente cansada y piensa, ¿pero que estoy haciendo? Esto no puede seguir así tengo que cortar con todo y hacer mi vida, reúne a sus hijos, se lo expone, pero ellos no lo entienden, desde ese día los hijos se distancian de ella, el egoísmo de estos hijos no tiene precio, espero que con el tiempo se den cuenta del error que han cometido.
Cuando se rompe el silencio entre mentiras copiadas. Podemos sentir el precio de muchas malas pisadas. Silencio que llora el viento al llegar la madrugada. Quizá borre sufrimiento viendo la noche encantada. Esto último es de un amigo mío.
ROSARIO FAJARDO BLANCO:
LA ABUELA CORAJE:
Mónica, Ha sido una persona entregada a su familia, primero con sus padres, después con su marido más tarde, con sus hijos y por último con sus nietos, cosa que lo hacia encantada, ella nunca tenia tiempo libre para sus cosas, decía que no lo necesitaba que era feliz con dedicarse a los demás, se sentía viva ayudando a sus hijos y después a los nietos, lo tuvo muy difícil pues los hijos sentían envidia el uno del otro, los dos querían que la madre atendiera a sus hijos, como llevarlos al colegio o hacer de canguro cuando ellos querían salir con los amigos, como la madre no podía atender a los dos les propuso que lo echaran a suertes, o que una semana se encargaba de llevar a unos por la mañana y a los otros los recogía por la tarde, los dos hermanos estuvieron de acuerdo, al principio era solo puntualmente, solo cuando lo necesitaran, pero esto se convirtió en una obligación, haciéndole ver a la madre que a si estaría ocupada todo el día, cosa que según ellos era bueno para la madre, pues desde que el padre falleció no quería salir de casa y eso podía llevarla a una depresión, la dijeron a la madre que ellos le estaban haciendo el favor de dejarla los niños a su cargo, bien, el favor que estos hijos egoístas le hacían a la madre era, por las mañanas tenia que levantarse a las siete para ir a casa de su hijo, encargarse de levantar a sus nietos, vestirlos, darles el desayuno, y llevarlos al colegio, después volvía a casa para recoger lo del desayuno hacer las camas, poner la lavadora … por la tarde vuelta a empezar recogía a los niños de la guardería, los llevaba a casa estaba con ellos hasta que la madre venia del trabajo, la mayoría de los días cuando los padres volvían los niños ya estaban cenados y bañados, y algunas noches estaban dormidos, ese era el favor que estos hijos le estaban haciendo a su madre. Un día cuando la madre entra en su casa se siente cansada y piensa, ¿pero que estoy haciendo? Esto no puede seguir así tengo que cortar con todo y hacer mi vida, reúne a sus hijos, se lo expone, pero ellos no lo entienden, desde ese día los hijos se distancian de ella, el egoísmo de estos hijos no tiene precio, espero que con el tiempo se den cuenta del error que han cometido.
Cuando se rompe el silencio entre mentiras copiadas. Podemos sentir el precio de muchas malas pisadas. Silencio que llora el viento al llegar la madrugada. Quizá borre sufrimiento viendo la noche encantada. Esto último es de un amigo mío.
ROSARIO FAJARDO BLANCO: