MADRID: Hijo de Felipe V y de su segunda esposa, Isabel de...

Hijo de Felipe V y de su segunda esposa, Isabel de Farnesio, nació en Madrid el 20 de enero de 1716.

En 1731 fue nombrado duque de Parma y Toscana, y entre 1735 y 1759 fue rey de Nápoles. En 1759 sucedió a su hermanastro Fernando VI en el trono español, cargo que ocupará hasta su muerte.

A pesar de que todavía continuamos dentro del periodo de monarquías absolutistas, el reinado de Carlos III es plenamente reformista desde el punto de vista socio-político y económico llegando incluso a provocar su enfrentamiento con la aristocracia y el clero.

Entroncado este reinado en pleno desarrollo de la Ilustración es uno de los más típicos exponentes de esta corriente ideológica. Sus reformas fueron dirigidas hacia el reparto de tierras comunales, división de latifundios, recortes de privilegios de la Mesta, protección de la industria privada, liberación del comercio y de las aduanas, etc.

Políticamente otorgó poder político a la incipiente burguesía, favoreciendo sus intereses con iniciativas legislativas como la creación de la Orden de Carlos III, la apertura del comercio de Ultramar o la supresión de los "oficios viles". En 1767, 1770 y 1772, sendos decretos reales afirmaban la progresiva idea de que el trabajo, el hecho de trabajar, no implicaba la pérdida de la hidalguía, decretos que atacaban directamente una tradicional y perniciosa convicción española: "trabajar no es trato de nobles". Fue en 1771, y asimilada a las órdenes de Calatrava, Alcántara y Montesa, cuando se creaba la Orden de Carlos III; condición para ingresar en ella no era la posesión de "sangre azul" sino la valía personal demostrada en el trabajo. De allí en adelante, el trabajo, dignificado, podía llevar a ostentar una distinción que en los viejos tiempos había estado reservada a los nobles guerreros.

Interesado en promover la prosperidad del país, su programa de reformas e iniciativas alcanzó a las obras públicas, destacando la construcción del pantano de Loja, el puerto de San Carlos de la Rápita o la repoblación de Sierra Morena, creando municipios de nueva construcción como La Carolina. En 1767 comenzó a estudiarse la nueva ley agraria, el mismo año que daba comienzo la colonización de Sierra Morena, todo un experimento de reforma agraria.

En el ámbito cultural, Carlos III entendía que la prosperidad nacional pasaba por el desarrollo cultural y educativo. En este sentido, impulsó la investigación científica, reformó la docencia y favoreció la difusión de los conocimientos.

Muchas de estas medidas las llevó a cabo al comienzo de su reinado con el Marqués de Esquilache al frente de su gobierno y apoyado por grupos de ilustrados y de la burguesía; de hecho fueron medidas muy efectivas pero produjeron el enfrentamiento de la oligarquía aristocrática y el clero, que, viendo amenazados sus intereses, provocaron un levantamiento popular en 1766 que se conoce por el Motín de Esquilache, ya que fue depuesto este ministro italiano.

Esto obligó al monarca a suavizar las medidas sociales adoptadas aunque no dejo de enfrentarse a los grupos reaccionarios actuando contra ellos como demostró en la expulsión de los jesuitas o limitando el poder de la Inquisición. Pero las reformas continuaron. Como ha señalado José Luis Comellas, si el primer periodo carolino se vio concentrado en reformas económicas e higiénicas, el segundo (que va aproximadamente de 1770 a 1782) se caracterizó por una preferente atención por las reformas necesarias para la implantación de la libertad de comercio. El tercer período, dentro de la clasificación de Comellas, entre 1785 y 1789, se concentró en la reforma agraria.

Económicamente hay que recordar a este monarca porque tendió a unificar el sistema monetario creando el primer papel moneda y la primera banca estatal (Banco de San Carlos 1782).

En cuanto a la política exterior, intentó mantener el prestigio español y su presencia colonial, amenazada por el expansionismo de Gran Bretaña y Francia, principalmente. Para ello, reformó el ejército e incrementó el poder naval español, hasta el punto de que pudo ser considerada en su época como la más poderosa después de la británica. Además, las Ordenanzas Reales que se dictaron sobre el ejército demostraron su eficacia, hasta el punto de que en parte aun se mantienen en vigor.

En política exterior fueron fundamentales 3 puntos u objetivos: Paz en el Mediterráneo para garantizar el comercio español en estas aguas, neutralizar a Gran Bretaña en las colonias americanas y recuperar Menorca y Gibraltar de manos de los ingleses; conseguiría recuperar la primera plaza pero no así la segunda que sigue siendo colonia británica.

Moría en diciembre de 1788 sucediéndole en el trono su hijo Carlos IV.