El paiche, pirarucú o arapaima (Arapaima gigas) es una especie de pez osteoglosiforme de la familia Arapaimidae. Es el segundo pez de agua dulce más grande del mundo, después del esturión beluga (Huso huso). El término pirarukú deriva del tupí-guraní pirá 'pez'.
Crece hasta superar los 3 m de largo y pesar hasta 250 kg (el esturión beluga supera los 5 m y los 600 kg). Presenta cuerpo delgado, el margen ventrolateral de la cabeza relativamente redondeado, hasta 18 rayos en la aleta caudal y dientes en dentario de 2 a 2,5 filas irregulares.
En cierta época del año vive en aguas poco oxigenadas, por lo que el oxígeno que absorbe por sus branquias es insuficiente, así que debe respirar aire atmosférico (o “boquear”). Generalmente lo hace en períodos de 15 minutos, pero puede aguantar hasta 40 minutos si se encuentra en peligro o está en plena persecución. A diferencia de la mayoría de los peces con los que convive en su hábitat, su vejiga natatoria está muy desarrollada y es muy grande y vascularizada, por lo que tiene una función similar a un pulmón humano. Esto lo hacen otras especies del Amazonas, como la anguila eléctrica.
Tiempo atrás esta gran especie debe haber sido el depredador por excelencia de los lagos y los bosques inundados de la Amazonia. Sin embargo, durante el último siglo ha sido perseguida a un ritmo alarmante. Tradicionalmente se les pescaba con la ayuda de arpones, pero con la llegada de las redes agalleras las posibilidades de captura por parte del hombre se incrementaron considerablemente. A pesar de que sus poblaciones se han reducido significativamente, los altos precios que alcanza su carne en los mercados locales hace que siga siendo un objetivo predilecto de los pescadores.
Crece hasta superar los 3 m de largo y pesar hasta 250 kg (el esturión beluga supera los 5 m y los 600 kg). Presenta cuerpo delgado, el margen ventrolateral de la cabeza relativamente redondeado, hasta 18 rayos en la aleta caudal y dientes en dentario de 2 a 2,5 filas irregulares.
En cierta época del año vive en aguas poco oxigenadas, por lo que el oxígeno que absorbe por sus branquias es insuficiente, así que debe respirar aire atmosférico (o “boquear”). Generalmente lo hace en períodos de 15 minutos, pero puede aguantar hasta 40 minutos si se encuentra en peligro o está en plena persecución. A diferencia de la mayoría de los peces con los que convive en su hábitat, su vejiga natatoria está muy desarrollada y es muy grande y vascularizada, por lo que tiene una función similar a un pulmón humano. Esto lo hacen otras especies del Amazonas, como la anguila eléctrica.
Tiempo atrás esta gran especie debe haber sido el depredador por excelencia de los lagos y los bosques inundados de la Amazonia. Sin embargo, durante el último siglo ha sido perseguida a un ritmo alarmante. Tradicionalmente se les pescaba con la ayuda de arpones, pero con la llegada de las redes agalleras las posibilidades de captura por parte del hombre se incrementaron considerablemente. A pesar de que sus poblaciones se han reducido significativamente, los altos precios que alcanza su carne en los mercados locales hace que siga siendo un objetivo predilecto de los pescadores.