MADRID: El azote, el cachete o el pescozón...

El azote, el cachete o el pescozón

La mitad de los padres creen que pegar a los hijos resulta «a veces» imprescindible para corregirles

El colegio ha sido otro ámbito en el que «dar una bofetada» ha estado casi siempre entre las tareas obligadas de clase. La mala resolución de un problema se saldaba con el clásico «caponcillo» o el mal comportamiento conllevaba alguna que otra bofetada. Pero eran otros tiempos. Por fortuna, hoy día se impone un nuevo modelo educativo -basado en la tolerancia y el respeto a la libertad del niño- que cuestiona la severidad y el castigo como herramientas educativas. Según datos del Ministerio de Educación, a pesar de que los padres de más de un millón y medio de menores tienen una acusada tendencia a emplear castigo físico, en la escuela existen claras normas de comportamiento en la relación entre el menor y sus profesores.

Así, se establece por ley que «todos los alumnos tienen derecho a que se respete su integridad física y moral y su dignidad personal, no pudiendo ser objeto de tratos vejatorios o degradantes» y «tampoco podrá ser objeto de castigos físicos o morales».