MADRID: Creer en los demás tiene efectos que muchas veces son...

No se puede ser tan conformista y pensar con temor en el pasado,
no creer en lo que se critica por nefasto y no creer que los demás no tienen capacidad para lograr lo que se desea en mejorar la sociedad y encerrarse en su propio mundo por el temor de no salir del atolladero en que nos encontramos económica y políticamente nada que ver ni por derechas ni izquierdas. (si con el esfuerzo de cada uno)
Y sobre todo no pensar y manifestar que lo único bueno es lo que –NOS- concebimos buscando adhesiones complacientes.

¿Que moraleja tiene todo esto?
O lo que es lo mismo ¿Que quiere decir en cristiano? y con perdón
1º. ¿Quien o quienes son tan conformistas?
2º ¿Quién no cree en lo que se critica por nefasto?
3º No creer.... mas bien CREER que los demas NO tienen capacidad...
4º. Encerrase en su propio mundo... por el temor a no salir del atolladero ¿a quien va dirigido?
5º Nada que ver ni con derechas ni con izquierdas, sino con el esfuerzo de cada uno. (esto esta claro)
6º. No pensar...
7º Manifestar que lo unico bueno es lo que nos concebimos buscando adhesiones complacientes ¿Que es lo que nos concebimos como bueno?

Y ahí queda todo esto y el descifrador que lo descifre buen descifrador será

Parece un panfleto, mitín o telegrama, sin saber quien o quienes son los destinatarios

"Conformistas, "snobs", pasotas y víctimas, las cuatro caras de la crisis
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¿Cómo vives la crisis?
La mitad de los españoles vive la crisis como víctimas o, en el mejor de los casos, desde la resignación, frente al otro cincuenta por ciento de pasotas y "snobs" que piensan que no va con ellos e intentan mantener el mismo estilo de vida de antes, sin estrecheces, o cuanto menos aparentarlo.

Esos cuatro perfiles, conformistas, "snobs", pasotas y víctimas, conviven en un mismo escenario de crisis económica pero hacen frente a la situación de manera muy distinta, según un estudio de la agencia de comunicación global CP Proximity presentado hoy, y que hace especial hincapié en su comportamiento como consumidores.

Elaborado a partir de un extenso cuestionario al que respondió una muestra representativa de mil ciudadanos, el estudio concluye que el 12% de los españoles esconde a sus amigos que atraviesa un mal momento, el 15% no se avergüenza de confesar que ahora gasta lo mismo, o incluso más, que hace tres años y que sólo el 39% sale tanto como antes.

Para un 58% la experiencia, dura en muchos casos, les ha servido de escarmiento y reconocen que, cuando pase la crisis, sus hábitos consumistas no serán los mismos que cuando vivían sin apuros.

El 28% de los españoles responde al perfil de los "conformistas", hombres y mujeres realistas, concienciados con la situación de crisis y que no niegan que les afecte. Por ello, son más precavidos al consumir, ahorran, aunque no tengan necesidad real de hacerlo, y no renuncian a pequeños placeres.

Van menos a restaurantes, o van a establecimientos más baratos, o de tapas en vez de a cenar, y para compensar, según destacó Juan Manuel Ramírez, director de estrategia de CP Proximity, se dan algún capricho y compran productos "gourmet" para consumir en casa.

Son, normalmente, gente de más edad, más mujeres que hombres, consumidores comprometidos con el medio ambiente y en el 81% de los casos convencidos de que ser optimista es clave para superar la crisis.

Los "snobs", "hijos de papá" en muchos casos, son el 22%, personas que creen que los medios de comunicación exageran al contar la crisis. Ostentosos, materialistas y preocupados por las apariencias, si la crisis les afecta -que no lo reconocerán en público- piensan que es algo coyuntural, prometiéndose que, cuando escampe, volverán a consumir igual o más.

Este rostro de la crisis compra poco marcas blancas, pero cuando lo hace quita las etiquetas o esconde los productos para que nadie los vea. Entre los "snobs" hay más hombres que mujeres, muchos jóvenes de entre 16 y 24 años (28,1%) y maduros de entre 45 y 54 (19,4%), y más de un 30% "no sabe o no contesta" cuando se le pregunta cuánto gana.

Aunque la crisis les obliga a controlarse, los "pasotas", el 28% de los españoles, tienen muy claro que la vida son dos días, que ya escampará y que, mientras tanto, lo mejor es disfrutar. Confiados y optimistas, son, sin embargo, el grupo más egoísta, más centrado en sí mismo, y sólo piensa en pasarlo bien, de ahí que salgan tanto como antes, si es que pueden, pues a esta categoría pertenecen muchos jóvenes "mileuristas", según los autores del estudio.

El 58% de los "pasotas" confiesa estar harto de oír hablar de la crisis y el 56% se esfuerza por tener un buen aspecto físico todos los días. En un 52,3% son hombres, frente a un 47,7 de mujeres. El 23% tiene entre 25 y 34 años.

Los que sufren de lleno la crisis, los que se han quedado en paro o han visto disminuir sus ingresos, son el 21%, las víctimas de una situación que les afecta en su vida cotidiana. Muchos se sienten desorientados y poco preparados para afrontar la situación, y todos los que pueden ahorran.

Dedicados a sobrevivir y a superar algo que "viven muy en serio", sólo el 16% de las víctimas confían en encontrar un trabajo, si es que lo pierden. En el 22% de los casos su vida sexual ha empeorado, por el estrés y la ansiedad, el 73% gasta menos en regalos y ocio y el 65% no puede ni siquiera ir al cine.

"Mientras unos viven la crisis como una oportunidad para sentirse mejor con uno mismo, para otros es una carga de la que quieren librarse. En general, quienes peor lo están pasando son los más convencidos de que no sólo ellos, sino la sociedad en su conjunto, va a cambiar a mejor" cuando pase, aseguró Juan Manuel Ramírez, director de estrategia de CP Proximity."

elviolentooficio de la crítica

“Es cierto que el arma de la crítica no puede sustituir a la crítica de las armas, que el poder material tiene que derrocarse con el poder material, pero también la teoría se convierte en poder material tan pronto como se apodera de las masas”. En torno a la Crítica de la Filosofía del Derecho - K. Marx

Creer en los demás tiene efectos que muchas veces son sorprendentemente positivos. Todos respondemos conforme a las sinceras expectativas que otros tienen de nosotros. Si probamos durante un tiempo a tratar a alguien con mayor consideración y afecto, a creerle capaz de mejorar su carácter o su rendimiento; si nos esforzamos, en definitiva, por verle con mejores ojos –quizá más inteligente y más capaz de lo que ahora lo vemos–, es bien probable que esa persona acabe siendo mucho mejor de lo que ahora es.

Todos hemos pasado alguna vez por pequeñas crisis, por momentos en los que nos faltaba un poco de fe en nosotros mismos, y quizá entonces encontramos a alguien que creyó en nosotros, que apostó por nosotros, y eso nos hizo crecernos y superar aquella situación.

Goethe escribió: trata a un hombre tal como es, y seguirá siendo lo que es; trátalo como puede y debe ser, y se convertirá en lo que puede y debe ser.


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