Soneto XVIII de Shakespeare
¿Tendré que compararte a un día de primavera? Tú tienes más hermosura y suavidad: / Ráfagas de viento agitan los preciosos brotes de mayo, / Y el préstamo del estío vence a corto plazo".
¿Tendré que compararte a un día de primavera? Tú tienes más hermosura y suavidad: / Ráfagas de viento agitan los preciosos brotes de mayo, / Y el préstamo del estío vence a corto plazo".
Mañana, al alba, a la hora en que el campo se haga de día
Yo me iré. Y tú, yo sé que tú me oyes.
Iré por el bosque, iré por la montaña.
No puedo estar lejos de ti mucho tiempo
Yo marcharé, los ojos fijos en mis pensamientos,
Sin ver nada afuera, sin escuchar ningún ruido
Solo, desconocido, la espalda jorobada, las manos cruzadas
Triste, y el día para mí será como la noche
No miraré ni el oro de la tarde que cae,
ni los violines que descienden a lo lejos sobre Harfleur
Y, cuando llegue, pondré sobre tu tumba
un ramo de acebo verde y helechos en flor.
Victor Hugo
Yo me iré. Y tú, yo sé que tú me oyes.
Iré por el bosque, iré por la montaña.
No puedo estar lejos de ti mucho tiempo
Yo marcharé, los ojos fijos en mis pensamientos,
Sin ver nada afuera, sin escuchar ningún ruido
Solo, desconocido, la espalda jorobada, las manos cruzadas
Triste, y el día para mí será como la noche
No miraré ni el oro de la tarde que cae,
ni los violines que descienden a lo lejos sobre Harfleur
Y, cuando llegue, pondré sobre tu tumba
un ramo de acebo verde y helechos en flor.
Victor Hugo
Don Juan Tenorio. de Jose Zorrilla
Porque tus ojos son bellos,
porque la luz de la aurora
sube al Oriente desde ellos,
y el mundo su lumbre dora
Tus labios son un rubí,
partido por gala en dos...
Le arrancaron para ti
de la corona de Dios.
De tus labios, la sonrisa,
la paz de tu lengua mana...
leve, aérea, como brisa
de purpurina mañana.
Porque tus ojos son bellos,
porque la luz de la aurora
sube al Oriente desde ellos,
y el mundo su lumbre dora
Tus labios son un rubí,
partido por gala en dos...
Le arrancaron para ti
de la corona de Dios.
De tus labios, la sonrisa,
la paz de tu lengua mana...
leve, aérea, como brisa
de purpurina mañana.