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MADRID: HOY NO HE PRECISADO ESTRUJAR MI MEMORIA: revolviendo...

HOY NO HE PRECISADO ESTRUJAR MI MEMORIA: revolviendo viejos cajones, en busca de unos botones, y me muestra una vieja chaqueta.! No esos, esos no! -digo al instante-
¿porqué ese afán de guardar esa vieja chaqueta? - Me pregunta. No me queda otro remedio que contarle la historia de esa prenda, a la que tomé gran cariño y que me ha acompañado toda mi vida... ocupando lo mas alto de mis recuerdos... Hoy se habla del ladrillo y sus consecuencias: del paro y quienes lo sufren, entonces...
Había sido "generoso aquel señor" que me concedió, todo un día un trabajo, que se me antojo bien remunerado, a pesar de que mis dedos, acabaron, sangrando al final de la jornada, acarreando ladrillos... algunos días lavaba platos, barría y pasaba la bayeta, al local, cuyo dueño gordo y gruñón,; dueño del local en los aledaños de Cuatro Caminos; por lo que mis manos, quedaron mal paradas, aquel Sábado, no muy lejos de La Calle Hernani. Al día siguiente, tomé el metro hasta La puerta del Sol y me dirigí hasta El Rastro: Huelga decir que me confundía entre la gente, y que m cautivaba la variedad de objetos y sobre todo, las voces, en los diferentes tenderetes..."Piedras para su mechero... piedras... Aquí too es regalao, Miren Vds, señores... ¿Porque ríe Vd cahalao?
Entre multitud de prendas, que unas mujeres, manoseaban, apareció la chaqueta, que al instante mismo apareció en mis manos. El dueño, hábil en su oficio, me digo que procedía de un inglés, que procedía de Gibraltar. Eran los años 50, y se hablaba de estos señores ingleses con muy poca simpatía. Pensé en dejarla, pero me gustó sobre todo por su color azul marino y sus botones, de un metal blanco y brillante. Me la probé sin asco alguno (no estaban los tiempos para ello) y previo pago convenido, me fui hasta mi pensión, para probármela de nuevo, delante del espejo, el cual pese, a mostrar mi figura parcialmente se alió conmigo. Se la mostré a la dueña de la pensión, y esta me dijo la llevaría
la tintorería. La estrené en un baile, en que me conquisté a una chavala, que naturalmente, no conoció jamas la historia, que hoy, muchos años después, he desvelado, a mi mujer, y relato con grandes dosis de nostalgia.