Como veo que estamos metidos en un rifirrafe gordete, os cuento una batallita de las del abuelo que ya he colgao en mi pueblo. Pa que vos relajéis una miajina:
Como te he dicho otras veces moza, soy un duende feo, más que pegarle a un padre en la cara con un calcetín sudado, lo que es una tontería porque es decirte algo que tú ya sabes porque me ves, pero, hoy; será porque mi mala conciencia natural no me ha dejado dormir bien o porque me da la gana, o porque veo que tenemos una nueva forera que quiere ahondar en sus orígenes y que ya no es anónima, te voy a contar una de indios, de cuando yo era más joven y soldado en ejercicio, mucho antes de amerizar en tu fuente.... Claro..
Por aquellos tiempos, resulta que nuestro denostado Piri, genio y figura y bailón por antonomasia, desarrollaba labores de vigilancia por el Gótico barcelonés enfundado en uniforme de PM y más chulo que un ocho de los de Azpilikueta. Con su tez morena, ojos vivos, flequillo de los de rabo de pardal, cintura de avispa y siete u ocho kilitos menos pero, manteniendo el ritmo, la fuerza y el son, como Carmen, la gitana inolvidable del Somorrostro.
Sobrevivía mi menda lerenda por entonces, en una bella ciudad andaluza, para mi la más, y si no recuerdo mal era cabo tomatero todavía en una escuadra de los que van delante en los desfiles militares, con mis serruchos, cordones, charoles y demás.
Después de haber dado tantos bandazos y haber salido ileso de entre el mundo de los carrilanos provenientes de muchos lugares de la Península, aquello era casi un divertimento y me lo tomaba tan en serio en los ejercicios de orden cerrado, que montaba en cólera cuando algún cetme salía volando al ejecutar el cambio de hombro o alguna que otra floritura de las que después teníamos que ejecutar por ejemplo, en las procesiones, donde marcábamos el paso de la oca. Ni que decir tiene, que la energía y la precisión, era la norma. Actuábamos como expertos bailarines donde la sincronización era el fundamento del conjunto. Por aquellos tiempos, la voz preventiva y la ejecutiva aún se pronunciaban más o menos así: ¡Pre-enten, Ar-a!, o ¡Fir, en!
Ya no, porque desde que se hicieron las Nuevas Ordenanzas Militares, es obligatoria que esas voces sean eso, reglamentarias. O sea: ¡Presenten armas, Mar!, o, ¡Firmes, Mar! Con lo que se ha puesto fin a los sonidos guturales entrecortados.
Me acuerdo ahora, que hace unos días, me dijeron que yo, billejo deforme, con vestidos estrafalario y ojos a la virulé, era el único que llevaba aquí, en este forete, el paso cambiado. ¡Lo que es la vida! ¿No?, pero bueno, el caso es, que hoy en los ejércitos, hay menos fusileros y más técnicos y cada día se exigirán muchos más. Que los soldados son profesionales y el mando es más eficaz cuanto mejor preparado esté porque, nos guste o no, vivimos en el año uno de la segunda decena del siglo veintiuno. Y ya, un soldado en Irak o Afganistán, habla en castellano o español, o en inglés, y un aparatejo que lleva de dotación, lo traduce al iraquí o al idioma que sea, para que el interpelado o interlocutor, entienda lo que le está diciendo. Y al revés.
Por todo esto y más cosas, cuando leo por estos pagos las consignas que de manera disimulada, lanzan ciertos grupillos o camadas, más retrógrados y añejos que el baúl de la Piqué, me entra la risa flojona y me acuerdo de aquellos tiempos y de cuando salimos del pueblo con la maleta de tablas que nos había hecho Trolorongo o Galera, dos artistas amantes de la música además de expertos con la gubia y la garlopa.
Que eeeesa gitana está looooca,
que anda por el caaampo y diceee,
que quiere cogeeeé bellotaaaas
ahooora con están toaa´s helaaá.
En fin..., tierra de fronteras, Lalmendral, con sus vicios y virtudes. Que algunas tendrá, digo yo.
Salud.
Como te he dicho otras veces moza, soy un duende feo, más que pegarle a un padre en la cara con un calcetín sudado, lo que es una tontería porque es decirte algo que tú ya sabes porque me ves, pero, hoy; será porque mi mala conciencia natural no me ha dejado dormir bien o porque me da la gana, o porque veo que tenemos una nueva forera que quiere ahondar en sus orígenes y que ya no es anónima, te voy a contar una de indios, de cuando yo era más joven y soldado en ejercicio, mucho antes de amerizar en tu fuente.... Claro..
Por aquellos tiempos, resulta que nuestro denostado Piri, genio y figura y bailón por antonomasia, desarrollaba labores de vigilancia por el Gótico barcelonés enfundado en uniforme de PM y más chulo que un ocho de los de Azpilikueta. Con su tez morena, ojos vivos, flequillo de los de rabo de pardal, cintura de avispa y siete u ocho kilitos menos pero, manteniendo el ritmo, la fuerza y el son, como Carmen, la gitana inolvidable del Somorrostro.
Sobrevivía mi menda lerenda por entonces, en una bella ciudad andaluza, para mi la más, y si no recuerdo mal era cabo tomatero todavía en una escuadra de los que van delante en los desfiles militares, con mis serruchos, cordones, charoles y demás.
Después de haber dado tantos bandazos y haber salido ileso de entre el mundo de los carrilanos provenientes de muchos lugares de la Península, aquello era casi un divertimento y me lo tomaba tan en serio en los ejercicios de orden cerrado, que montaba en cólera cuando algún cetme salía volando al ejecutar el cambio de hombro o alguna que otra floritura de las que después teníamos que ejecutar por ejemplo, en las procesiones, donde marcábamos el paso de la oca. Ni que decir tiene, que la energía y la precisión, era la norma. Actuábamos como expertos bailarines donde la sincronización era el fundamento del conjunto. Por aquellos tiempos, la voz preventiva y la ejecutiva aún se pronunciaban más o menos así: ¡Pre-enten, Ar-a!, o ¡Fir, en!
Ya no, porque desde que se hicieron las Nuevas Ordenanzas Militares, es obligatoria que esas voces sean eso, reglamentarias. O sea: ¡Presenten armas, Mar!, o, ¡Firmes, Mar! Con lo que se ha puesto fin a los sonidos guturales entrecortados.
Me acuerdo ahora, que hace unos días, me dijeron que yo, billejo deforme, con vestidos estrafalario y ojos a la virulé, era el único que llevaba aquí, en este forete, el paso cambiado. ¡Lo que es la vida! ¿No?, pero bueno, el caso es, que hoy en los ejércitos, hay menos fusileros y más técnicos y cada día se exigirán muchos más. Que los soldados son profesionales y el mando es más eficaz cuanto mejor preparado esté porque, nos guste o no, vivimos en el año uno de la segunda decena del siglo veintiuno. Y ya, un soldado en Irak o Afganistán, habla en castellano o español, o en inglés, y un aparatejo que lleva de dotación, lo traduce al iraquí o al idioma que sea, para que el interpelado o interlocutor, entienda lo que le está diciendo. Y al revés.
Por todo esto y más cosas, cuando leo por estos pagos las consignas que de manera disimulada, lanzan ciertos grupillos o camadas, más retrógrados y añejos que el baúl de la Piqué, me entra la risa flojona y me acuerdo de aquellos tiempos y de cuando salimos del pueblo con la maleta de tablas que nos había hecho Trolorongo o Galera, dos artistas amantes de la música además de expertos con la gubia y la garlopa.
Que eeeesa gitana está looooca,
que anda por el caaampo y diceee,
que quiere cogeeeé bellotaaaas
ahooora con están toaa´s helaaá.
En fin..., tierra de fronteras, Lalmendral, con sus vicios y virtudes. Que algunas tendrá, digo yo.
Salud.
