Un señor que se llamó Rafael García y Santistevan, hace ya mucho tiempo que escribió LA POLÍTICA CON FALDAS, y decía:
Crepuscular hermosura,
jamona que a rancio vá,
y en conserva el mal conjura,
para que de harto madura
presto del árbol caerá,
y ya presintiendo ruinas
se arrebola al tocador
con tintes y bandolinas,
esta está por las doctrinas
de gremio conservador.
Cogollo de humilde esfera,
damisela tenderil
que ansiosa de hacer carrera
ayer despreció a un hortera
y hoy desdeña a un aguacil.
Y luego a un fiscal de imprenta
y más tarde a un periodista,
dirá que no, que a la cuenta
va tras un duque y con renta,
esa niña es progresista.
Suegra que el diablo confunda,
oidium, tifus, sarampión
de la marital coyunda
que de hembra tiene la funda
y de sierpe el armazón,
y baja con papalina
destilando despotismo,
muerde, azuza, manda y trina,
en la sala y la cocina
vocifera “absolutismo”
Moza que el barrio celebra,
como de amor fácil blanco,
que ofrece a quien la requiebra,
gangas de comercio en quiebra,
ganancias de puerto franco;
y continua propaganda,
mientras la bolsa anda lista
a nadie deja por banda,
esa es pécora vitanda
demócrata -socialista.
Viuda que en llanto se inunda
y al llorar la edad bendita
de su primera coyunda
llama, pidiendo segunda,
“Bravo, bien, que se repita,
y que en su solterifobia
caza hasta tres desdichados,
si la vejez no le agovia,
esa repetida novia
forma entre los resellados.
Pecadora que contrita
va a la iglesia por deleite,
porque allí reza o dormita,
y si honra al prójimo quita,
da para el altar aceite,
y ansiando eterna ventura
sube en la escala social
de sobrina a ama de cura,
esa moza es una hechura
del partido clerical.
Zurce-bodas por manía,
a quien si apellido fátua
la solteríl bandería
los papás y amas de cría
deben alzar una estatua;
que no ve en sus sueños de oro,
si ella es niña él carcamal,
si ella cristiana o él moro,
esa socia es un tesoro
para la unión liberal.
Niña a quien la edad injuria,
partiquina de cuartel,
que gime al verse en penuria,
portera, amable Mercuria
de todo amante doncel.
Fámula libre-cambista,
cata-caldos por mayor,
que a Madrid pasó revista,
esa es un gremio pancista
sin bandera ni color.
Salud.
Crepuscular hermosura,
jamona que a rancio vá,
y en conserva el mal conjura,
para que de harto madura
presto del árbol caerá,
y ya presintiendo ruinas
se arrebola al tocador
con tintes y bandolinas,
esta está por las doctrinas
de gremio conservador.
Cogollo de humilde esfera,
damisela tenderil
que ansiosa de hacer carrera
ayer despreció a un hortera
y hoy desdeña a un aguacil.
Y luego a un fiscal de imprenta
y más tarde a un periodista,
dirá que no, que a la cuenta
va tras un duque y con renta,
esa niña es progresista.
Suegra que el diablo confunda,
oidium, tifus, sarampión
de la marital coyunda
que de hembra tiene la funda
y de sierpe el armazón,
y baja con papalina
destilando despotismo,
muerde, azuza, manda y trina,
en la sala y la cocina
vocifera “absolutismo”
Moza que el barrio celebra,
como de amor fácil blanco,
que ofrece a quien la requiebra,
gangas de comercio en quiebra,
ganancias de puerto franco;
y continua propaganda,
mientras la bolsa anda lista
a nadie deja por banda,
esa es pécora vitanda
demócrata -socialista.
Viuda que en llanto se inunda
y al llorar la edad bendita
de su primera coyunda
llama, pidiendo segunda,
“Bravo, bien, que se repita,
y que en su solterifobia
caza hasta tres desdichados,
si la vejez no le agovia,
esa repetida novia
forma entre los resellados.
Pecadora que contrita
va a la iglesia por deleite,
porque allí reza o dormita,
y si honra al prójimo quita,
da para el altar aceite,
y ansiando eterna ventura
sube en la escala social
de sobrina a ama de cura,
esa moza es una hechura
del partido clerical.
Zurce-bodas por manía,
a quien si apellido fátua
la solteríl bandería
los papás y amas de cría
deben alzar una estatua;
que no ve en sus sueños de oro,
si ella es niña él carcamal,
si ella cristiana o él moro,
esa socia es un tesoro
para la unión liberal.
Niña a quien la edad injuria,
partiquina de cuartel,
que gime al verse en penuria,
portera, amable Mercuria
de todo amante doncel.
Fámula libre-cambista,
cata-caldos por mayor,
que a Madrid pasó revista,
esa es un gremio pancista
sin bandera ni color.
Salud.