Y... camino por Madrid, en una noche de frío y de nieve. entre gentes que se ignoran, entre gentes que no me han dirigid ni una sola mirada... Dice el hombre desde su memoria, sentado en un cómodo sofá, y, desfilan las imágenes
de una cuidad despierta y una ciudad que duerme.
A nuestro hombre, las imágenes le persiguen, y se acerca al ordenador, y quiere, contarlo y quiere charlar con alguien que no conoce y que tal vez no conocerá nunca. Y unos le entiende, se detienen y dialogan: otros se muestran indiferentes... y quiere detenerse, pero continua porque las imágenes le empujan.
Se acerca al árbol y allí hay una mujer acurrucada, pide limosna, saca una moneda y la arroja en una caja de cartón: hay dos mas de diferente colo y tamaño. Al golpear la moneda, sobre la caja, el bulto se mueve y una voz débil dice:! gracias señor! Y el hombre recuerda, aquellos escalones de las iglesias de cuando el era niño...
Y se aventura, luego ya en la noche por las calles de la ciudad y sus pies tropiezan con otros pies sobre la acera: un bulto se remueve en un lecho de cartones, ha querido hablarle a aquel bulto en la oscuridad, y no ha podido... Y poco mas lejos otro, que tose y tose de modo inquietante, mientras el bulto tiembla. Y luego chapoteando barrizales, de acerca a los suburbios. en alguna parte oye la voz de un borracho. Un poco mas lejos de la oscuridad parte el llanto de un niño. El hombre, ha guardado silencio y regresa desolado...
Al fondo la gran plaza alumbrada le recibe un árbol de navidad gigante adornado de luces. Villancicos que brotan de alguna parte; hablan de paz en la Tierra. Promesa y esperanza... que no llega a los barrizales...
Esta nuestro hombre escribiendo y hace un alto en el camino:
la televisión se le ha adelantado, anuncia, para la noche del viernes "Callejeros".
Como ayer suena el teléfono. Desea continuar. Lo hará mañana o pasado o tal vez nunca. O puede que deje el ordenados. Y escriba su experiencia, mas extensa, entre los de sis techo. De aquellos que en la noche fría, solo se les acercan las estrellas.
LIBERTAD.
de una cuidad despierta y una ciudad que duerme.
A nuestro hombre, las imágenes le persiguen, y se acerca al ordenador, y quiere, contarlo y quiere charlar con alguien que no conoce y que tal vez no conocerá nunca. Y unos le entiende, se detienen y dialogan: otros se muestran indiferentes... y quiere detenerse, pero continua porque las imágenes le empujan.
Se acerca al árbol y allí hay una mujer acurrucada, pide limosna, saca una moneda y la arroja en una caja de cartón: hay dos mas de diferente colo y tamaño. Al golpear la moneda, sobre la caja, el bulto se mueve y una voz débil dice:! gracias señor! Y el hombre recuerda, aquellos escalones de las iglesias de cuando el era niño...
Y se aventura, luego ya en la noche por las calles de la ciudad y sus pies tropiezan con otros pies sobre la acera: un bulto se remueve en un lecho de cartones, ha querido hablarle a aquel bulto en la oscuridad, y no ha podido... Y poco mas lejos otro, que tose y tose de modo inquietante, mientras el bulto tiembla. Y luego chapoteando barrizales, de acerca a los suburbios. en alguna parte oye la voz de un borracho. Un poco mas lejos de la oscuridad parte el llanto de un niño. El hombre, ha guardado silencio y regresa desolado...
Al fondo la gran plaza alumbrada le recibe un árbol de navidad gigante adornado de luces. Villancicos que brotan de alguna parte; hablan de paz en la Tierra. Promesa y esperanza... que no llega a los barrizales...
Esta nuestro hombre escribiendo y hace un alto en el camino:
la televisión se le ha adelantado, anuncia, para la noche del viernes "Callejeros".
Como ayer suena el teléfono. Desea continuar. Lo hará mañana o pasado o tal vez nunca. O puede que deje el ordenados. Y escriba su experiencia, mas extensa, entre los de sis techo. De aquellos que en la noche fría, solo se les acercan las estrellas.
LIBERTAD.
