El
pasadizo del Panecillo es un callejón estrecho en forma de escuadra situado entre la
iglesia pontificia de
San Miguel y el
palacio episcopal que, en origen, se llamó pasadizo de San Justo.
Toma su nombre actual de la
costumbre que tenía el cardenal-infante y arzobispo de
Toledo, Luis de Borbón y Farnesio, de distribuir un panecillo a cada pobre que acudía diariamente a una de las
ventanas del citado palacio, costumbre esta que fue suprimida posteriormente por los escándalos que producía el reparto. En 1829 el pasadizo fue cerrado con una verja en cada extremo para evitar que sirviera de escondite a los delincuentes.