Pianoforte vertical. Hecho en 1807. Galería de las Colecciones Reales, MADRID

Este instrumento da buena muestra del trabajo de uno de los mejores constructores de pianos del siglo XIX.
Está construido en madera, bronce, seda, vidrio, marfil; tallado, dorado, fundición, damasco y lutería.

Tipológicamente, se trata de un piano vertical. Hasta mediados de siglo XIX, los pianos podían ser de cola o, los más apropiados para el ambiente doméstico, de mesa. También se hicieron verticales, como este ejemplar firmado por Francisco Flórez, que fueron los que mayor auge alcanzarían en la segunda mitad de siglo, cuando ya los de mesa prácticamente habían desaparecido.

Estos pianos verticales se caracterizan por tener el mecanismo de sus componentes más compacto que en los pianos de cola, debido a las limitaciones de espacio que presenta su diseño. Puesto que las cuerdas del piano se disponen en una posición vertical, los martillos relacionados con la afinación requieren de la ayuda de una brida y unos muelles para poder actuar sobre los efectos de la gravedad, operando así sobre las cuerdas de una forma horizontal, lo que lleva a que la repetición de las teclas resulte más lenta.

La autoría de Francisco Flórez queda atestiguada por el texto: “Florez / Primer constructor / de Fortes / Pianos de S. M. / en Madrid año de 1807”, que aparece en una placa en metal dorado en el frente del teclado.

Flórez fue uno de los más reputados constructores de pianos asentados en la corte. Murciano, como él mismo afirma en La Gaceta de Madrid de 16 de Mayo de 1786, poco se conoce sobre su juventud. Se sabe que antes de 1784 ya estaba instalado en Madrid, en donde permaneció hasta su muerte en 1824, como artesano de renombre. Tras una estancia en Londres pensionado por el rey Carlos IV, fue nombrado en enero de 1795 “Constructor de órganos y claves de la Real Cámara”. Estos puestos, para los conocidos como “pianistas”, se habían creado en la Casa Real a finales del siglo XVIII coincidiendo con el auge que vivió el instrumento en esa época.

El mueble que guarda este original piano tiene forma de armario, con dos puertas delanteras forradas de damasco color carmesí. Todo ello se encuentra decorado con adornos en marquetería y molduras de bronce. Según el profesor Juan José Junquera Mato, el mueble sigue probablemente un diseño del adornista y arquitecto de Carlos IV, Jean-Démosthène Dugourc. Se asienta sobre seis patas en estípite sobre plataforma de madera, de la que salían frontalmente seis pedales, uno de ellos hoy desaparecido. El frente del teclado tiene una franja de cristal eglomisé con escenas de amorcillos y alegorías de la agricultura y la pesca. La parte superior del mueble se remata con gran semicírculo superior con un mascarón de ébano y figuras femeninas enfrentadas, tornapuntas vegetales y una semiesfera de hojas con medallones y rosetas.

Desafortunadamente, a día de hoy, el mecanismo se encuentra inutilizado, pero conserva dos timbales y restos de platillos en el interior de la caja. La extensión del teclado, chapado en marfil y ébano, es de 5 octavas y 7 notas. F1-C3. Tiene tres cuerdas por punto.
(1 de Diciembre de 2023)


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