Silla de mano de la reina Bárbara de Braganza. Galería de las Colecciones Reales, MADRID

Silla de manos de la reina Bárbara de Braganza.
GIAQUINTO, CORRADO
1753-1758
La evolución de la silla de manos desde la segunda mitad del siglo XVI va en paralelo a su importancia creciente en el ritual cortesano, pasando de ser un sillón con varales a adquirir forma de cabina, con ventanas y puerta frontal, decorada con textiles lujosos o cuero. A finales del siglo XVII, las sillas de mano alcanzarán su forma definitiva, con decoración en madera tallada y paneles pintados. Esta silla de manos perteneció a la reina Bárbara de Braganza, que la utilizó para desplazarse dentro de los límites de los Reales Sitios. La decoración pictórica y el diseño de la silla son obra de Corrado Giaquinto, artista que llegó a la corte de Fernando VI en junio de 1753 y fue nombrado primer pintor de cámara, permaneciendo en España hasta 1762. La caja está tallada con motivos de rocalla con gran movimiento, decoración típicamente rococó. La pintura que decora los diferentes paneles es un himno a la paz y la armonía, con amorcillos recolectando frutos, cazando o entretenidos en juegos dionisíacos. En la parte posterior, una escena de glorificación exalta a la soberana: dos geniecillos alados y en vuelo portan una corona de laurel, mientras otros revolotean a su alrededor en un círculo subrayado por palmas y flores. Los instrumentos musicales que decoran la talla aluden a los gustos musicales de la reina, melómana convencida, alumna del maestro Domenico Scarlatti desde su infancia en Portugal y patrona del cantante de ópera Farinelli. El interior está tapizado en un rico terciopelo carmesí, bordado en oro, tendido, con canutillos y diminutas lentejuelas. Todo formando una decoración en ancha cinta ondulante con motivos vegetales. El techo tiene la misma decoración, rematándose con flecos dorados a modo de gotera. Las cortinas a juego son de tafetán carmesí, bordadas con el mismo motivo.
(24 de Noviembre de 2023)