Paseo de las estatuas de los conocidos popularmente como los Reyes Godos. Plaza de Oriente, MADRID

Paseo de las estatuas de los conocidos popularmente como los Reyes Godos.
Plaza de Oriente.

La parte central de la plaza de Oriente está custodiada por una colección escultórica de veinte reyes españoles, cinco visigodos y quince monarcas de la Reconquista, comandados por Pelayo. Los monumentos, esculpidos en piedra caliza, se distribuyen en dos hileras de diez estatuas cada una, que rodean el recinto en dirección este, oeste, es decir, a ambos lados de los jardines centrales. Estas estatuas son conocidas por los madrileños como “los Reyes Godos”, y dividen el centro de la plaza y los Jardines del cabo Noval, al norte, y de Lepanto, al sur.
El grupo de figuras forma parte de una serie dedicada a todos los monarcas de España, mandada hacer para la decoración de la cornisa del Palacio Real de Madrid durante el reinado de Fernando VI. Se realizaron entre 1750 y 1753.
Parece ser que se esculpieron 112 efigies (hay quien dice que en realidad fueron 108) para aquel proyecto y una vez terminado se instalaron en los voladizos del Palacio Real.
Existen dos leyendas muy similares (una que fue Isabel de Farnesio, esposa de Felipe V, y otra que fue la esposa de Fernando VI, Bárbara de Braganza), que una noche soñaron que las esculturas se les caerían encima a toda la familia real, y a raíz de estos sueños hicieron que no se llegaran a colocar en la cornisa del Palacio Real.
Pero, quien ha investigado esta historia nos dice que sí se instalaron en el Palacio Real las esculturas de estos Reyes. Y nos cuenta que fue en época de Carlos III cuando se quitaron de la balaustrada del Palacio y se bajaron a los sótanos, porque el rey quiere que se cincelen los nombres de cada rey o reina para poder identificarlos, pero ya no volvieron a colocarse en su sitio original.
Tras permanecer varias décadas en depósito, en época de Isabel II, es cuando fueron recuperadas y ubicadas en diferentes puntos de Madrid y en otras ciudades españolas. Aquellas esculturas del Palacio Real, además de estas veinte de la plaza de Oriente, se instalaron el resto en El Retiro, Jardines de Sabatini, El Paular, Aranjuez, Toledo, Burgos, Vitoria, Logroño, Ferrol o Pamplona, entre otros lugares.