Bocadillo de calamares.
Bar famoso por sus bocadillos de calamares.
Cercano a la plaza Mayor.

Si te preguntaran; ¿cuál es el olor más típico de Madrid?
Posiblemente, la respuesta más abundante sería “la del bocata de calamares”.
Parece que no hay duda: el bocadillo de calamares es el Rey gastronómico de la capital.
Un plato sencillo de elaborar. Los calamares se rebozan en harina y se fríen en aceite, que suele ser de oliva.
El bocadillo de calamares se ha convertido en una seña de identidad madrileña (aunque en Madrid no tengamos puerto de mar).
Se sabe que existe el calamar en Madrid desde hace más de dos siglos. En el norte de España se conocían de sobra las rabas, mientras que en el sur era la fritura de pescado.
¿Y en qué consistió la aportación de Madrid a este bocado tan demandado? Cuentan que fue en añadir el pan. No se sabe muy bien a quien se le ocurrió lo de poner los calamares en una barra de pan, pero se cuenta que el origen hay que buscarlo aquí.
Los locales más habituales en “cantar” eso de “marchando uno de calamares” se encuentran en el centro de Madrid, y más concretamente en los alrededores de la plaza Mayor. En las calles Postas, Ciudad Rodrigo, Botoneras o en los soportales de la misma plaza Mayor verás muchos establecimientos de bien ganada fama en preparar estos bocatas.
Pero en muchos barrios de Madrid hay, y ha habido, bares que han presumido de preparar los mejores bocadillos de calamares de la ciudad durante generaciones. Recuerdo ahora a algunos como: El Brillante, El Diamante, Rubí, Gago…
Seguro que en tu barrio hay un bar que los preparan de maravilla; recomiéndanos ese que tú conoces.
No hay que ni que recordar que se sirven bien calientes, recién hechos.