En la calle Atocha nº 95 radica una de mis tiendas favoritas de Madrid, fundada en 1946 en una época en que la gente de los pueblos de Castilla- La Mancha venían a Madrid a proveerse de especias, tripas y cordeles para hacer los chorizos y embutidos. En Pajuelo hay un agridulce aroma a bazar oriental, debido al pimentón y otras especies, y al dulce olor de la buena miel de la Alcarria, que aquí venden todavía a granel.
La miel española está entre las mejores del mundo por la abundancia de plantas medicinales que hay en nuestro suelo y cuyas propiedades pasan a la miel gracias al polen que recogen las abejas. Es una pena, pero la miel española está ausente en las estanterías de los supermercados y grandes superficies. En su lugar tenemos esa otra miel industrial que, pese a anunciarse con violines y dibujos de granjas a lo “Walt Disney” es en realidad una miel de baja calidad y ningún aroma, procedente de China.
Por calidad y precio, no hay comparación posible con la miel nacional que se vende en Pajuelo.