Desde principios de siglo doña Benita había mantenido contacto con los Agustinos de la Provincia de Filipinas. La oferta abarcaba tres proyectos:
iglesia, residencia para la comunidad y
escuelas gratuitas para obreros. El Prior Provincial era el P. José Lobo, quien delegó poderes en el P. Salvador
fuente para que gestionara la cesión ante las personas e instituciones pertinentes.
En 1910 estaban terminadas las obras. El primer día de 1911 el templo quedó abierto al culto. Había sido consagrado
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