Estas mujeres, las brujas, en su mayoría poseían conocimientos de medicina natural, transmitidos de generación en generación. Muchas de ellas eran embaucadoras, otras tantas eran verdaderamente servidoras de Satanás. Por la importancia que en la edad media tuvo este figura, nos deja ver la importancia que cobraba como rol social. La bruja surgía como respuesta ante el sufrimiento y épocas en crisis. Aparecían como realizadoras de sueños y pesadillas ante la sociedad por sus hechizos y conjuros. Esto se explica teniendo en cuenta que había ciertos deseos terrenales que no se podían pedir a Dios, no porque se creyese su poder insuficiente sino porque la mayoría de las veces el demonio estaba más cercano. El diablo entrega dones aquí y ahora, en cambio para pedirle a Dios debían, quizás esperar la vida espiritual.
La bruja manipula la realidad, en función de sus deseos o de quienes lo soliciten. Había hechizos referentes en su mayoría a satisfacción de amores, adquisición de bienes, predecir el futuro, alejar a las personas indeseables o causar daños.
Muchas veces la bruja no es aquella mujer fea, ermitaña y alejada de la sociedad. Generalmente se desliza en las calles de día, y a veces, solo a veces, acude a la Iglesia, ya que muchas veces no reniega de Dios, sino que hasta lo invoca en sus conjuros. En la sociedad es aquella mujer a la que se teme, pero que a la vez se recurre a ella en situaciones extremas.
La bruja manipula la realidad, en función de sus deseos o de quienes lo soliciten. Había hechizos referentes en su mayoría a satisfacción de amores, adquisición de bienes, predecir el futuro, alejar a las personas indeseables o causar daños.
Muchas veces la bruja no es aquella mujer fea, ermitaña y alejada de la sociedad. Generalmente se desliza en las calles de día, y a veces, solo a veces, acude a la Iglesia, ya que muchas veces no reniega de Dios, sino que hasta lo invoca en sus conjuros. En la sociedad es aquella mujer a la que se teme, pero que a la vez se recurre a ella en situaciones extremas.