Detestamos la suciedad en nuestras calles, no lo podemos soportar.
A pesar de la poca educación de algunos ciudadanos, la desidia total de nuestro ayuntamiento con respecto a la limpieza clama al cielo. Nuestras calles no se barren con la asiduidad que se requiere y los cubos de basura campan a sus anchas, desgraciadamente al antojo de los basureros del camión que sin ningún miramiento esparcen la basura por el suelo sin molestarse en recogerla y acompañando esta tarea tirando los contenedores contra los coches aparcados al compás de gritos, silbidos y a veces bocinazos, sin respetar a otras personas que en ese momento descansamos. Esto es a diario y comprobable.
No olvidemos la recogida de reciclados que es tercermundista y de higos a brevas. A veces hay que volverse a casa con los envases por no haber sitio. ¡Y luego dicen que reciclemos!
Estamos más que hartos de soportar un almacén municipal que más parece un vertedero (y esto no es culpa de los vecinos de El álamo). Da vergüenza el ver montones de cacharros y chatarra tirados sin orden ni concierto, convirtiendo este almacén en un foco de suciedad que da un aspecto de abandono y califica perfectamente la atención de este ayuntamiento hacia sus vecinos, más preocupado en recaudar o tocar las narices y poco en cumplir con sus obligaciones más elementales.
Esto es solamente referente al problema de limpieza, con competencia y responsabilidad del Sr. Manuel Arnaiz, concejal de poco ambiente y con la responsabilidad del Sr. Francisco Gaitan, nuestro alcalde y al que comunicamos que la próxima vez que promocione sus éxitos por los buzones, excluya por lo menos este apartado. La limpieza.
Gracias por su atención en estos pocos años. Seguramente tiene usted unos cuantos votos menos. Y eso Sr. Alcalde, en un pueblo como este, es mucho. Usted verá.
A pesar de la poca educación de algunos ciudadanos, la desidia total de nuestro ayuntamiento con respecto a la limpieza clama al cielo. Nuestras calles no se barren con la asiduidad que se requiere y los cubos de basura campan a sus anchas, desgraciadamente al antojo de los basureros del camión que sin ningún miramiento esparcen la basura por el suelo sin molestarse en recogerla y acompañando esta tarea tirando los contenedores contra los coches aparcados al compás de gritos, silbidos y a veces bocinazos, sin respetar a otras personas que en ese momento descansamos. Esto es a diario y comprobable.
No olvidemos la recogida de reciclados que es tercermundista y de higos a brevas. A veces hay que volverse a casa con los envases por no haber sitio. ¡Y luego dicen que reciclemos!
Estamos más que hartos de soportar un almacén municipal que más parece un vertedero (y esto no es culpa de los vecinos de El álamo). Da vergüenza el ver montones de cacharros y chatarra tirados sin orden ni concierto, convirtiendo este almacén en un foco de suciedad que da un aspecto de abandono y califica perfectamente la atención de este ayuntamiento hacia sus vecinos, más preocupado en recaudar o tocar las narices y poco en cumplir con sus obligaciones más elementales.
Esto es solamente referente al problema de limpieza, con competencia y responsabilidad del Sr. Manuel Arnaiz, concejal de poco ambiente y con la responsabilidad del Sr. Francisco Gaitan, nuestro alcalde y al que comunicamos que la próxima vez que promocione sus éxitos por los buzones, excluya por lo menos este apartado. La limpieza.
Gracias por su atención en estos pocos años. Seguramente tiene usted unos cuantos votos menos. Y eso Sr. Alcalde, en un pueblo como este, es mucho. Usted verá.