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Monumento a Loreto Prado, CHAMBERI

Monumento a Loreto Prado.
Plaza de Chamberí, 1.
Madrid.
Este sencillo monumento a la popular actriz cómica madrileña Loreto Prado Medero fue promovido poco después de su muerte por una comisión presidida por la escritora Pilar Millán Astray, con el destino de ornamentar su tumba en el cementerio de Santa María. Abierta la suscripción popular el 2 de julio de 1943 desde las páginas del diario ABC, el 6 de julio el ya anciano escultor valenciano Mariano Benlliure Gil se ofreció para realizarlo, uniéndose a la propuesta el Ayuntamiento de Madrid, que el 23 de septiembre autorizó un gasto de 5.000 ptas con este fin. La presidenta de la comisión y la actriz Josita Hernán, recorrieron personalmente los comercios de los barrios populares para poder terminar de recaudar el dinero necesario y finalizar la obra. Finalmente se decidió emplazarlo en el centro de la plaza de Chamberí, celebrándose la inauguración el 8 de octubre de 1944, que fue presidida por los tenientes de alcalde de los distritos de Hospicio y Chamberí, en presencia del también actor Enrique Chicote, pareja artística y sentimental de la fallecida.
Al remodelarse la plaza en 1989, se planteó colocarla dando la espalda a la esquina interior de la misma, aunque debido al estado de deterioro en que se encontraba la arenisca original, fue sustituida por una copia realizada en caliza blanca con un coste de 350.750 ptas; volviendo a ser trasladada a su ubicación actual en una reordenación posterior.
Esta efigie de Loreto Prado es la última escultura pública en Madrid de Benlliure, que contaba ya con numerosas obras repartidas por plazas y parques, como la de Goya junto al Museo del Prado, la del cabo Noval en la plaza de Oriente, la del teniente Ruiz en la del Rey, Álvaro de Bazán en la de la Villa, Emilio Castelar en la glorieta homónima, Bárbara de Braganza ante al Palacio de Justicia, María Cristina de Borbón frente al Casón del Buen Retiro, el general Cassola en el Parque del Oeste y Alfonso XII, el general Martínez Campos y Miguel Moya en el del Retiro; sin contar el apóstol San Mateo de la basílica de San Francisco el Grande ni un grupo escultórico del edificio de la Unión y el Fénix, hoy Metrópolis, en el encuentro de las calles de Alcalá y Caballero de Gracia.

De entre la larga lista de piezas teatrales, en especial del género chico (sainetes y zarzuelas), que tuvieron como estrella a Loreto Prado, cabe mencionar algunos clásicos de Arniches, como Alma de Dios (1907), Gente menuda (1911), La casa de Quirós (1915), La venganza de la Petra (1917), y otras obras como: El jardín cerrado, Los chicos de la escuela, Los granujas, Las estrellas, Los viajes de Gulliver, Los perros de presa y La sobrina del cura.
El escudo de la Villa de Madrid que aparece en emonumento estuvo vigente desde 1842 a 1967.

Chamberí.

Un barrio con mucha historia.
Un poquito de ella:
Se dice que durante la ocupación de las tropas francesas de Napoleón en España, se formó un campamento militar en lo que actualmente sería la plaza Chamberí que ellos llamaron “Chambéry”, y que de ahí vino a tomar el nombre tan madrileño barrio.
Durante la Edad Media, las tierras que ocupan hoy en día el barrio de Chamberí pertenecieron a la Orden del Temple hasta su disolución a principios del siglo XIV. Posteriormente pasarían a formar parte del Consejo de Fuencarral. En esta época, estos terrenos estaban cubiertos de bosques y eran utilizados por miembros de la Corte para realizar cacerías. Esta situación perduró hasta el reinado de Carlos I, momento en el que se empiezan a talar los bosques convirtiéndolos en dehesas y posteriormente en tierras de secano y eriales, a excepción de algunas huertas cercanas a arroyos, como los de San Bernardino, la Castellana, Cantarranas y Maudes. Las huertas de Santa Engracia, Eloina y la huerta de España se explotarán hasta principios del siglo XX. Los principales cultivos eran el cereal y la vid.
En el siglo XVII, el 80 % de la tierra se reparte entre la Iglesia, los nobles, la monarquía.
Hacia finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX el sector agrícola pierde importancia y empiezan a aparecer las primeras industrias, entre las cuales destaca la dedicada a la fabricación de ladrillos y tejas. Es en este momento cuando empiezan a construirse las primeras casas para alojar a los trabajadores y se trazan paseos y arbolados. El ambiente de esparcimiento alrededor de estos paseos, propicia la aparición de quintas de recreo como la del Marqués de Santiago en la actual plaza de Chamberí.
En 1850, además de tejares y yeserías, ya había en Chamberí quince fábricas, entre ellas la Fábrica de Tapices, varias de productos químicos y las famosas fundiciones de Sandorf y de Buenavista. Por ello recibían sus vecinos el nombre de “chisperos”, eternos rivales en casticismo con los vecinos de Lavapiés, los “manolos”. Poco a poco se fue diversificando la industria, especialmente hacia las artes gráficas.
Tras la desamortización de los bienes eclesiásticos con Mendizábal, la mayor parte del terreno pasa a manos del Estado y de particulares, y este distrito entra en los diversos planes del famoso ensanche de Madrid durante los siglos XIX y XX.
El primer sector en ser totalmente urbanizado es parte del barrio de Almagro, en el sureste, conocido también como el Triángulo de Oro de Madrid. Se trata del área incluida entre la calle Génova, el paseo de la Castellana y el eje formado por las calles Almagro y Miguel Ángel. En este sector fijan su residencia gran parte de la aristocracia española. Actualmente esta zona alberga importantes sedes administrativas como el Ministerio del Interior, el Instituto de la Juventud, las embajadas del Reino Unido, Suecia, Filipinas, Alemania y Colombia. También el palacio del Defensor del Pueblo.
El siguiente sector en ordenarse es contiguo al Triángulo de Oro, y lo forma un trapecio limitado por la calle Génova al sur, el paseo de la Castellana al este, la calle de José Abascal al norte y la calle de Santa Engracia al oeste.
Paralelamente a este desarrollo se organizan los barrios de Trafalgar (limitado por la calle Sagasta al sur, la calle de San Bernardo-Bravo Murillo al oeste, la calle José Abascal al norte y Santa Engracia al este) y de Arapiles (limitado por la calle Carranza al sur, la calle Blasco de Garay al oeste, la calle Cea Bermúdez al norte y la calle Fuencarral al este).
A partir de 1920 se comienzan dos labores importantes: el traslado de los dos camposantos (de San Andrés y de San Martín), lo que permite el desarrollo de los barrios de Vallehermoso y Gaztambide. En los límites de Chamberí, también comienza la construcción de los Nuevos Ministerios y la Ciudad Metropolitana (Cuatro Caminos) en el norte y noroeste respectivamente. Tras la guerra civil se concluyen los Nuevos Ministerios, se construye y diseña el Parque Móvil Ministerial. A principios de los sesenta, se concluye la ordenación urbana del distrito con la construcción del Estadio Vallehermoso (en agosto de 2019, y después de doce años sin actividad, se inauguró el Nuevo Estadio de Vallehermoso), la Dirección General de la Guardia Civil, el Instituto Geográfico Nacional, y la Dirección General de Loterías. En los setenta se construiría la Escuela Oficial de Idiomas y la Delegación de Hacienda de Madrid.
Aunque construido originariamente para otros fines, en los años ochenta, el Tribunal Constitucional se trasladó a la calle Doménico Scarlatti, 6.