De mi libro:"Leyendas Andalusies Almiaregenses"donde describoel pasado islamico de Campo Real en el siglo IX, publico este bello pasaje.
III. LEYENDAS MAGICAS
1. SUS ORIGENES COMO PATRIMONIO POPULAR
El vocablo “leyenda” tiene varias acepciones. Según el diccionario de la Lengua española, tiene dos significados, uno dice: “Relación de sucesos que tienen más de tradicionales o maravillosos que de históricos y verdaderos” al contrario, otro dice: “Composición poética de alguna extensión en el que se narra algún suceso de esta clase”.
Así pues, combinando ambas acepciones, la leyenda es algo definido concretamente; una narración tradicional, fantástica, o real, que combina en su sorprendente contraste unos hechos extraordinarios con una referencia concreta de lugar y de personas sean históricas o imaginarias.
Sino remontamos a los pueblos antiguos, (Grecia y Roma) la leyenda tiene su origen en la religión. El antromorfismo griego y romano, rinde culto al hombre y a sus fabulosas hazañas de héroes mitológicos, (semidioses en forma humana, e incluso dioses,) donde se deifica al hombre como ocurre en las obras universales de Homero, (la “Ilíada” y la “Odisea”).
En ellas, es donde se citan estos personajes, Ulises condenado por Poseidón, Dios del mar, a vagar por éste, incesantemente con aventuras prodigiosas como su encuentro con Polifemo, el cíclope, semidiós, de un solo ojo, o el encanto de la diosa hechicera Circe, hasta llegar definitivamente a Itaca, su patria y encontrarse con sus seres queridos, su esposa Penélope y su hijo Telémaco o la guerra de Troya, como consecuencia del rapto de Helena, esposa de Menelao, por París, hijo del rey Príamo de Troya, donde tienen protagonismo una serie de personajes mitológicos, Aquiles, Patoclo, Héctor, Agamenon, Ayax, etc..
Así las leyendas nacen en las creaciones totémicas y animistas, en los albores del protagonismo de las razas y de los pueblos primitivos.
Los temas de ascendencia religiosa, o mitológica constituyen un núcleo muy importante que aportan que a la leyenda, un contenido completo como género épico y que a veces se pasa del mito a la historia. Tal es el caso de la guerra de Troya como narración épica de Homero, sobre la mitología del pueblo griego, hecha posteriormente una realidad histórica, gracias a las investigaciones y descubrimientos de Schliemann, quien descubrió la ciudad idealizada, a finales del siglo XIX.
Ha sido probada que la leyenda ha pasado a ser fuente de la propia historia, donde los historiadores se han servido de sus datos, para novelarlos, o exagerarlos, elevándolos a un tono extraordinario de exaltación poética y enaltecimiento de las virtudes de un pueblo. En este caso, la leyenda pasa a ser la verdadera historia de un pueblo.
Ahora así, la leyenda no surge por generación espontánea, es necesario que una persona concrete, la imagine y la cree y posteriormente la comente. La leyenda necesita de consideración popular, en sentido de que quien la crea, debe identificar unos hechos, con los que el propio pueblo se siente identificado.
En este caso, yo como autor, he tratado con mi sencilla obra, Leyendas Andalusíes Almiaregenses”de acercar el pasado histórico de Campo Real, a sus orígenes, como pequeña alquería o aldea, fundada en el siglo IX y transformada a lo largo de los siglos, y tras vicisitudes históricas en el Campo Real de hoy, real, Ilustre Villa que recupera su pasado histórico, gracias a un “aedo “sin cítara, su autor, Julio Reyes Rubio “Al-Mayriti”, un sencillo campeño, cuyo objetivo ideal es glorificar el pasado histórico de su cuna natal.
Descubriré una serie de leyendas, algunas con personajes históricos que existieron y otros imaginarios, pero todos con un mensaje moral, exaltando las virtudes humanas y concluyendo con una reflexión sobre cómo debe ser el comportamiento ideal de los seres humanos para acercarse al Ser Supremo y mencionando a través de las “aleyas” del Sagrado Libro “Alcorán”, las máximas morales que los dos personajes; el Imán Ibrahim y el discípulo Ahmed, ambos protagonistas de las historias, uno en su condición de maestro trámite al otro, su discípulo para su futura formación moral y religiosa, de acuerdo con a las enseñanzas de “Alcorán”.
2. LEYENDAS POPULARES ALMIAREGENSES
1. UNICIDAD DE DIOS
“En nombre de Dios clemente y misericordioso”.
¡Oh, mi telmid Ahmed, dice el Imán Ibrahim!
Hace más de quince millones de años, que en la península del Sinaí, existía la montaña Yebel Mûsa, donde subió Moisés, tras el regreso de su pueblo, de la esclavitud de Egipto, llamado por Yahvé, para recibir las Tablas de la Ley.
Se dice de élla, que este accidente orográfico, tiene una altitud de 2500 m y en invierno, permanentemente se encuentra cubierto de nieve, y su estructura es de cuarzo y de granito.
Durante más de cuarenta años, estuvo el pueblo de Israel peregrinando por el desierto del Sinaí, desde su salida de Egipto.
Al pie de la montaña, se construyó el monasterio de Santa Catalina, como una fortaleza de Dios en la inmensa soledad del desierto y en origen era un lugar de protección y refugio de los eremitas, que con el tiempo se convirtió en el monasterio. Según cuenta la tradición, se construyó en el lugar que Moisés, “la paz sea con Él” escuchó la voz del Señor que le hablaba desde una zarza ardiente. Detrás del ábside de la Iglesia, existe una pequeña capilla que se llama la “Zarza ardiente”.
Este convento estaba asistido desde su creación por el emperador cristiano, Justiniano, dotándolo de cien esclavos romanos y otros cien egipcios con sus mujeres y niños y sus descendientes, “jebelîyeh”estaban al servicio de los monjes, pero todos ellos eran musulmanes.
Dicese, que el Profeta Mahoma “la paz sea con Él” visitó una vez el monasterio y ordenó al sus beduinos, que dejaran en paz a estos piadosos varones que dedicaban su vida a la adoración y a sus plegarias a Dios. En agradecimiento, los monjes construyeron para los adeptos del Profeta, una Mezquita al lado de la Iglesia del monasterio, que estaba dedicada a la Transfiguración de Jesucristo “la bendición de Dios sea con Él”.
Es el único lugar del mundo donde se adora la Cruz, dentro del mundo musulmán y ambos credos religiosos en un clima de absoluta tolerancia, dirigen sus plegarias a su mismo Señor, el Dios único.
¡Oh, mi telmid Ahmed! Buscad siempre el amor de Dios y seguidlo.
Dicele Ahmed ¡Oh, mi respetado Imán Ibrahim, que así sea y se cumpla, y doy gracias a Alah, por vuestra sabiduría y la enseñanza que me trasmitís!
Dice el Sagrado Libro “Alcorán” en la “aleyas” primeras, de la “azora” I.
¡Oh, Creyentes!
Loa a Dios, dueño del Universo.
El Clemente, el misericordioso.
Soberano en el día de la retribución.
Aquí es a quien te adoramos, de ti es de quien imploramos socorro.
Dirígenos por el camino recto.
Por el sendero de aquellos, a quienes has colmado con tus beneficios.
No por el de aquellos que han incurrido en tus iras, ni por el de los que se extravían.
Fdo: Julio Reyes Rubio "Al-Mayriti"
III. LEYENDAS MAGICAS
1. SUS ORIGENES COMO PATRIMONIO POPULAR
El vocablo “leyenda” tiene varias acepciones. Según el diccionario de la Lengua española, tiene dos significados, uno dice: “Relación de sucesos que tienen más de tradicionales o maravillosos que de históricos y verdaderos” al contrario, otro dice: “Composición poética de alguna extensión en el que se narra algún suceso de esta clase”.
Así pues, combinando ambas acepciones, la leyenda es algo definido concretamente; una narración tradicional, fantástica, o real, que combina en su sorprendente contraste unos hechos extraordinarios con una referencia concreta de lugar y de personas sean históricas o imaginarias.
Sino remontamos a los pueblos antiguos, (Grecia y Roma) la leyenda tiene su origen en la religión. El antromorfismo griego y romano, rinde culto al hombre y a sus fabulosas hazañas de héroes mitológicos, (semidioses en forma humana, e incluso dioses,) donde se deifica al hombre como ocurre en las obras universales de Homero, (la “Ilíada” y la “Odisea”).
En ellas, es donde se citan estos personajes, Ulises condenado por Poseidón, Dios del mar, a vagar por éste, incesantemente con aventuras prodigiosas como su encuentro con Polifemo, el cíclope, semidiós, de un solo ojo, o el encanto de la diosa hechicera Circe, hasta llegar definitivamente a Itaca, su patria y encontrarse con sus seres queridos, su esposa Penélope y su hijo Telémaco o la guerra de Troya, como consecuencia del rapto de Helena, esposa de Menelao, por París, hijo del rey Príamo de Troya, donde tienen protagonismo una serie de personajes mitológicos, Aquiles, Patoclo, Héctor, Agamenon, Ayax, etc..
Así las leyendas nacen en las creaciones totémicas y animistas, en los albores del protagonismo de las razas y de los pueblos primitivos.
Los temas de ascendencia religiosa, o mitológica constituyen un núcleo muy importante que aportan que a la leyenda, un contenido completo como género épico y que a veces se pasa del mito a la historia. Tal es el caso de la guerra de Troya como narración épica de Homero, sobre la mitología del pueblo griego, hecha posteriormente una realidad histórica, gracias a las investigaciones y descubrimientos de Schliemann, quien descubrió la ciudad idealizada, a finales del siglo XIX.
Ha sido probada que la leyenda ha pasado a ser fuente de la propia historia, donde los historiadores se han servido de sus datos, para novelarlos, o exagerarlos, elevándolos a un tono extraordinario de exaltación poética y enaltecimiento de las virtudes de un pueblo. En este caso, la leyenda pasa a ser la verdadera historia de un pueblo.
Ahora así, la leyenda no surge por generación espontánea, es necesario que una persona concrete, la imagine y la cree y posteriormente la comente. La leyenda necesita de consideración popular, en sentido de que quien la crea, debe identificar unos hechos, con los que el propio pueblo se siente identificado.
En este caso, yo como autor, he tratado con mi sencilla obra, Leyendas Andalusíes Almiaregenses”de acercar el pasado histórico de Campo Real, a sus orígenes, como pequeña alquería o aldea, fundada en el siglo IX y transformada a lo largo de los siglos, y tras vicisitudes históricas en el Campo Real de hoy, real, Ilustre Villa que recupera su pasado histórico, gracias a un “aedo “sin cítara, su autor, Julio Reyes Rubio “Al-Mayriti”, un sencillo campeño, cuyo objetivo ideal es glorificar el pasado histórico de su cuna natal.
Descubriré una serie de leyendas, algunas con personajes históricos que existieron y otros imaginarios, pero todos con un mensaje moral, exaltando las virtudes humanas y concluyendo con una reflexión sobre cómo debe ser el comportamiento ideal de los seres humanos para acercarse al Ser Supremo y mencionando a través de las “aleyas” del Sagrado Libro “Alcorán”, las máximas morales que los dos personajes; el Imán Ibrahim y el discípulo Ahmed, ambos protagonistas de las historias, uno en su condición de maestro trámite al otro, su discípulo para su futura formación moral y religiosa, de acuerdo con a las enseñanzas de “Alcorán”.
2. LEYENDAS POPULARES ALMIAREGENSES
1. UNICIDAD DE DIOS
“En nombre de Dios clemente y misericordioso”.
¡Oh, mi telmid Ahmed, dice el Imán Ibrahim!
Hace más de quince millones de años, que en la península del Sinaí, existía la montaña Yebel Mûsa, donde subió Moisés, tras el regreso de su pueblo, de la esclavitud de Egipto, llamado por Yahvé, para recibir las Tablas de la Ley.
Se dice de élla, que este accidente orográfico, tiene una altitud de 2500 m y en invierno, permanentemente se encuentra cubierto de nieve, y su estructura es de cuarzo y de granito.
Durante más de cuarenta años, estuvo el pueblo de Israel peregrinando por el desierto del Sinaí, desde su salida de Egipto.
Al pie de la montaña, se construyó el monasterio de Santa Catalina, como una fortaleza de Dios en la inmensa soledad del desierto y en origen era un lugar de protección y refugio de los eremitas, que con el tiempo se convirtió en el monasterio. Según cuenta la tradición, se construyó en el lugar que Moisés, “la paz sea con Él” escuchó la voz del Señor que le hablaba desde una zarza ardiente. Detrás del ábside de la Iglesia, existe una pequeña capilla que se llama la “Zarza ardiente”.
Este convento estaba asistido desde su creación por el emperador cristiano, Justiniano, dotándolo de cien esclavos romanos y otros cien egipcios con sus mujeres y niños y sus descendientes, “jebelîyeh”estaban al servicio de los monjes, pero todos ellos eran musulmanes.
Dicese, que el Profeta Mahoma “la paz sea con Él” visitó una vez el monasterio y ordenó al sus beduinos, que dejaran en paz a estos piadosos varones que dedicaban su vida a la adoración y a sus plegarias a Dios. En agradecimiento, los monjes construyeron para los adeptos del Profeta, una Mezquita al lado de la Iglesia del monasterio, que estaba dedicada a la Transfiguración de Jesucristo “la bendición de Dios sea con Él”.
Es el único lugar del mundo donde se adora la Cruz, dentro del mundo musulmán y ambos credos religiosos en un clima de absoluta tolerancia, dirigen sus plegarias a su mismo Señor, el Dios único.
¡Oh, mi telmid Ahmed! Buscad siempre el amor de Dios y seguidlo.
Dicele Ahmed ¡Oh, mi respetado Imán Ibrahim, que así sea y se cumpla, y doy gracias a Alah, por vuestra sabiduría y la enseñanza que me trasmitís!
Dice el Sagrado Libro “Alcorán” en la “aleyas” primeras, de la “azora” I.
¡Oh, Creyentes!
Loa a Dios, dueño del Universo.
El Clemente, el misericordioso.
Soberano en el día de la retribución.
Aquí es a quien te adoramos, de ti es de quien imploramos socorro.
Dirígenos por el camino recto.
Por el sendero de aquellos, a quienes has colmado con tus beneficios.
No por el de aquellos que han incurrido en tus iras, ni por el de los que se extravían.
Fdo: Julio Reyes Rubio "Al-Mayriti"