Su vegetación se califica de "riparia", adjetivo propio del sustantivo "ribera"; sus necesidades de
agua se cubren fundamentalmente por la humedad del suelo y no necesariamente por la pluviosidad; y, por lo general, crece frondosamente. Dan cobijo a gran cantidad de animales, y particularmente de aves, y muestran una capacidad de recuperación ante los incendios muy superior a la de los
montes cercanos.