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ARANJUEZ: Presiento que algo va a suceder, lo intuyo, lo veo....

Presiento que algo va a suceder, lo intuyo, lo veo. Las siluetas alargadas de los chopos y álamos y la dormida vegetación, me anuncia que estoy llegando a... Aranjuez.

Me bajo del tren, cómplice de mis pensamientos y tranquilas visiones. Una estación pulcramente cuidada, acogedora, contrasta con las figuras, al fondo, de los pasajeros anónimos perdiéndose entre la niebla. Romántica estación que evoca momentos dulces de otros tiempos gloriosos, de reyes y reinas, príncipes y princesas, damas, caballeros, duques, duquesas, condes, condesas...

Me adentro como sin querer, hay un imán que me atrae y me lleva por recónditas sendas de paz, belleza exuberante, días de gloria, de ocio, de grandes fiestas. Otoño caduco, ¡qué sabiduría encierras en esas hojas marchitas!; árboles pelados como estatuas inertes o en una procesión cambiante e inmóvil a la vez. Faunos, Cupido, Diana, Baco, Afrodita... Evocaciones mitológicas incansables y reticentes a desaparecer en su historia interminable.

Me envuelve la niebla y me estremezco. Hay magia en el aire, imágenes fantasmagóricas, sueños etéreos... Y el río, quietud sublime, paz inmensa, esplendor fluido, apenas te puedo ver, te intuyo, remanso, caudal infinito de aguas cristalinas que mecen los juncos y ramas aún no lavadas del todo con una delicadeza y suavidad casi imperceptible.

¡Oh río!, fuente de vida, pureza y solemnidad. Reflejos diluidos, borrosos, verdes pardos, marrones tostados, grises, azules tenues, amarillos lechosos, negros-blancos, lujuriosamente bellos, completamente sanos.

Sigo- viajero cansado- caminando. Reposo y medito. Amo la naturaleza muerta: los seres inanimados, lo natural vivo, agua, fuego, humo, bosque, luz.

¡Ay, jardines del Palacio! ¡Ay, Casita del Labrador! En vuestras veredas quisiera siempre estar, caminar, perderme y no volver para no olvidar todo lo que he visto y sentido: tantas sensaciones y emociones que me han conquistado y atrapado en una red mágica. Quisiera quedarme aquí para disfrutar, tranquilo y sereno, vuestra belleza única y universal.

Gracias, querido tren, por tu complicidad; amigo fiel, seguro... Y si no vuelvo... Siempre sabrás donde encontrar a este viajero, que quedó cautivado por la inmortal maravilla de lo sencillo y auténtico. Y si no vuelvo...

¡Encuéntrame en Aranjuez!

Vitaliano de la Cruz

E-mail: vitaliano21@hotmail.com

El municipio de Aranjuez es uno de los más emblemáticos de España.