Luz ahora 0,06888 €/kWh

CAMBRILS: A todos estos señores que tienen la paradójica insolencia...

A todos estos señores que tienen la paradójica insolencia de proclamarse demócratas y pedir al mismo tiempo la desaparición otras formaciones políticas por el simple hecho de no compartir un ideario de fé nacional:
Yo soy catalán, pero al mismo tiempo tengo la firme capacidad de creer en España. Pero no en una España de pensamiento único y de cultura normalizada como si las palabras alternativa o diferencia no existieran sino en una España del suma y sigue. Al fin y al cabo, ¿No es España sino otra cosa que la unión de varios pueblos que pueden llegar a compartir un viaje al infinito en común sin perder su identidad?
¿Que quiere decir esto de intentar anular la representación del nacionalismo? ¿Acaso ante las elecciones europeas los partidos políticos hablan de Europa? o hablan solo de España?
Que sepan los defensores de la democracia, que democracia somos todos los que estamos dispuestos a guiar lo que sea mediante el uso de la voz del pueblo, y nadie tiene el derecho de silenciar a sus opositores solo por el hecho de diferir en planteamientos fundamentales siempre y cuando se desarrollen mediante el diálogo.
Tampoco quiero hace defensa de las tendencias nacionalistas pues no las comparto. No me gustan los nacionalismos pasados de tuerca, ni españoles ni catalanes. Un gran humorista dijo que el nacionalismo es pensar que el hombre desciende de diferentes monos (Jaume Perich). Los nacionalismos al igual que las religiones se crearon para estimular la vida social de los pueblos, para darle un motivo al desarrollo, para provocar la evolución colectiva en tiempos de dificultades, y eso no es nada malo. Pero fuera de lo necesario, se convierten en un arma de poder y manipulación de masas con la capacidad de transformar la ilusión por la cohesión de un grupo humano en un ejercito de actuación irracional. Fé ciega detrás de un sentimiento abstracto. Barbaridades en nombre de Dios o de Alah. Baarbaridades en nombre de España, Cataluña o de donde sea, pero barbaridades al fin y al cabo.
Estamos en democracia y disfrutamos de un estado de derecho y libertades. Hay que permitir a quien tenga ganas de dialogar que se exprese, por mucho que no nos guste lo que diga, al fín y al cabo, el pueblo en libertad, es soberano y por tanto sabio.
No se trata de Prohibir, se trata de convencer.
Habitante librepensador.