BARCELONA: 3...

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Los mosquitos,
¡qué vampiros!,
tan chiquititos
y con sus giros
y su silbido
meten miedo
y te asustan
y te dejan cohibido;
amedrantado,
entontecido,
cabreado,
y cuando ya de un guantazo
los aplastas,
¡qué consuelo!
Uno menos
a chupar de la canasta
que llenan con nuestra pasta
y los sudores del currelo.

Pero hay tantos...,
que te van dejando seco,
así, a lo tonto a lo tonto,
y más tieso que un muñeco
de esos de cartón piedra.

Qué corruptela
apoyada por su clientela,
¡vaya tela marinera!,
los unos con la boca abierta
esperando el santo maná
y los otros igual,
pero sin dejar de tragar.

Sanguijuelas.
De hechos, palabras y obras,
que dicen como al azar,
que todas su maniobras
sólo es casualidad
y los ahorrillos.....,
producto de la numerada
que trabaja sola,
en un paraíso fiscal
allende o aquende el mar.

Sube el paro en general,
baja el valor del trabajo,
sube el aceite y el pan
pero, yo pago mis trajes
y mi yate, y mi chalé
y además me votan más.

Salud.