Todo el mundo sabe ya,
que los amiguitos del alma
no se pueden separar
ni en Valencia ni en Graná
ni en Madrid ni el Almendral.
Y yo que soy camaleón
con ojinos guiñainos
y un yerbas y un duendino
y tengo por tarro un melón,
comprendo su sinrazón
pues; es fácil entender
que, para obtener el poder
se envuelvan en su caparazón,
pongan cirios a Lucifer
y lo acepten como señor
ya que, al fin y al cabo es
y siempre así lo fue,
Él, el que los iluminó.
Además, es natural
la alianza entre iguales
que aspiran a medrar
controlando los caudales
de las gentes principales;
que son las fuerzas vivales
que vivaquean en el lugar
aprovechando la bonanza
de la coyuntura especial
a la que nos abocó las andanzas
de ciertos transfugas y zares
y algunos iluminados más.
que los amiguitos del alma
no se pueden separar
ni en Valencia ni en Graná
ni en Madrid ni el Almendral.
Y yo que soy camaleón
con ojinos guiñainos
y un yerbas y un duendino
y tengo por tarro un melón,
comprendo su sinrazón
pues; es fácil entender
que, para obtener el poder
se envuelvan en su caparazón,
pongan cirios a Lucifer
y lo acepten como señor
ya que, al fin y al cabo es
y siempre así lo fue,
Él, el que los iluminó.
Además, es natural
la alianza entre iguales
que aspiran a medrar
controlando los caudales
de las gentes principales;
que son las fuerzas vivales
que vivaquean en el lugar
aprovechando la bonanza
de la coyuntura especial
a la que nos abocó las andanzas
de ciertos transfugas y zares
y algunos iluminados más.
La clase política y los cabreados, están y estamos recuperándonos de los últimos acontecimientos habidos en las calles barcelonesas entre guardias de la porra, políticos y mosqueados. Los más viejos sabemos que lo que pasó no debió de pasar, que no se deben hacer esas cosas porque te puede caer la del pulpo y encima, te pueden enchironar. De tres a cinco años siendo severos y en el mejor de los casos, de uno a tres. Pero poder se pueden hacer, a la vista está y además, siempre se han hecho y si no, que se lo pregunten a esos hoy ya viejos luchadores de cuando todos contra Franco, que ahora, están calentando poltronas con su culo. Muchos ni se acuerdan ya; el tiempo no pasa en balde y la memoria es frágil, máxime, si se han vuelto las tornas y contra quienes van dirigidas esas acciones más o menos violentas, es contra mi, porque ahora la vaca es mía y la leche que da también. De ahí, supongo, la irreflexiva unanimidad al condenar a bote pronto y hablar de kale-borroka y otras tonterías similares en vez de bajarse de la burra y, con los píes bien plantados en el duro suelo, centrar la atención en el porqué de las cosas.
Por ejemplo, el responsable de la seguridad de unas personas, elegidas para cumplir la función de parir leyes justas, que sirvan a la sociedad que representan y a la que no representan también, para que esa sociedad pueda seguir funcionando lo más armónicamente posible, ¿dónde está?, digo su responsabilidad política, porque creo, que tal como estaba el patio, lo mínimo que debería haber pensado, es que lo pasó, era algo que podría pasar. ¿Y la de los estrategas a su órdenes? Menos mal, que de trescientos o cuatrocientos hacedores de leyes que tenían que entrar en el hemiciclo, sólo agredieron o abuchearon a unos cuantos; entre los que están la exconsellera señora Tura, que supongo guardará como oro en paño la prenda que le pintarrajearon, pues en su día, alcanzará un gran valor monetario o, por lo menos, intrínseco o sentimental.
¿No tenía a su disposición fuerza pública suficiente para hacer un pasillo sin necesidad de usar helicópteros como si de una acción de guera se tratase? ¿No? Pues haber solicitado refuerzos, que creo que haberlos haylos y si no, no pasa nada por esperar unas horas o un día para iniciar la sesión, después de todo, lo que se aprobó ese día, a la sociedad en general, la cabrea todavía más y, para exigir las responsabilidades que tengan los que han sido parte en el desaguisado siempre hay tiempo. Ahí está de ejemplo el Caso Millet y su extraño y largo proceso o la tramitación del Estatuto que pudo haber sido y no es, o el señor Fabra el de Castellón y sus litigios o, ¿hablamos de Valencia y de sus flores?
Ojalá, que a la crisis moral y económica que atravesamos y sufrimos, las casta política al uso, le encuentre pronto una salida. Que de una vez se enteren que son lo que son, porque la gente los vota a ellos porque no pueden votar a otros, para que hagan su trabajo lo mejor para todos que sea posible y no, para que usen su inmunidad para forrarse y punto. O para descargar su ira contra los que no están contentos con sus maneras de hacer o de pronunciarse.
Que tengan suerte y acierten aunque sea de vez en cuando, es mi deseo más ferviente.
Salud.
Por ejemplo, el responsable de la seguridad de unas personas, elegidas para cumplir la función de parir leyes justas, que sirvan a la sociedad que representan y a la que no representan también, para que esa sociedad pueda seguir funcionando lo más armónicamente posible, ¿dónde está?, digo su responsabilidad política, porque creo, que tal como estaba el patio, lo mínimo que debería haber pensado, es que lo pasó, era algo que podría pasar. ¿Y la de los estrategas a su órdenes? Menos mal, que de trescientos o cuatrocientos hacedores de leyes que tenían que entrar en el hemiciclo, sólo agredieron o abuchearon a unos cuantos; entre los que están la exconsellera señora Tura, que supongo guardará como oro en paño la prenda que le pintarrajearon, pues en su día, alcanzará un gran valor monetario o, por lo menos, intrínseco o sentimental.
¿No tenía a su disposición fuerza pública suficiente para hacer un pasillo sin necesidad de usar helicópteros como si de una acción de guera se tratase? ¿No? Pues haber solicitado refuerzos, que creo que haberlos haylos y si no, no pasa nada por esperar unas horas o un día para iniciar la sesión, después de todo, lo que se aprobó ese día, a la sociedad en general, la cabrea todavía más y, para exigir las responsabilidades que tengan los que han sido parte en el desaguisado siempre hay tiempo. Ahí está de ejemplo el Caso Millet y su extraño y largo proceso o la tramitación del Estatuto que pudo haber sido y no es, o el señor Fabra el de Castellón y sus litigios o, ¿hablamos de Valencia y de sus flores?
Ojalá, que a la crisis moral y económica que atravesamos y sufrimos, las casta política al uso, le encuentre pronto una salida. Que de una vez se enteren que son lo que son, porque la gente los vota a ellos porque no pueden votar a otros, para que hagan su trabajo lo mejor para todos que sea posible y no, para que usen su inmunidad para forrarse y punto. O para descargar su ira contra los que no están contentos con sus maneras de hacer o de pronunciarse.
Que tengan suerte y acierten aunque sea de vez en cuando, es mi deseo más ferviente.
Salud.