Pero qué tíos más listos son estos yanquis de la CIA. Ahora nos dicen que las Españas se han convertido en un gran lavadero de dinero procedente del narcotráfico y que eso representa una amenaza muy importante para el País, que es la puerta de entrada a Europa de esta mercancía. ¡Hay que joderse! Ya no sólo somo consumidores de paellas, de sangría y de estofado de toro bravo aliñado con un toque ligero de huevos, no, también somos el 20% de los consumidores europeos de ese polvillo blanco en que los antiguos peruanos y los modernos también, han convertido aquellas hojas de un árbol que ellos mascaban y mascan en rama. Vegetarianos que son..., el caso es, que una vez limpito, se van con el a cualquier costa y se compran unos cuantos apartamentos y, en el interior unas fincas rústicas, con lo que el ciclo se cierra.
Claro, que en vez de dedicarse a descubrir la sopa de ajo, que también, deberían vigilar más de cerca en qué se ha gastado el dinero que ha dado su gobierno para reconstruir lo que han destruido en Irak o, por qué cada día se produce más amapola en Afganistán.
Pero nos dicen además, que el 30% de los billetes de quinientos euros, los tenemos nosotros, ¡Mecachis en la mar salada! ¿Pero quien los tiene? Porque algunos no los vemos ni aunque nos demos puñetazos en los ojos y los banqueros dicen que no te prestan ni uno, a no ser que le demuestres que tienes un buen montón empleado en bienes raíces, debajo de la baldosa u otros valores seguros y mensurables, muebles o no.
Con lo de las yerbas ya es otro cantar pues, nuestros vecinos del otro lado del estrecho tienen el asunto organizado de viejo y además, por aquí entendemos mucho de eso, que si las de primavera..., que si las de otoño..., que si los rastrojos. Lo malo es el chocolate del loro, la pringue esa, que los gabachos le llaman mierda y no es sólo porque lo parece.
Pero por aquí, aunque los de la CIA hagan la vista gorda, hay algo mejor que traficar con esas porquerías, que además, está ya casi institucionalizado, se trata del seudopolítico, esa clase de gente que se infiltra en el seno de los partidos y permanece agazapado hasta que obtienen un cargo. A partir de entonces, le sube todo, la moral, la bilirrubina, la cuenta corriente.
Si no te lo crees mocita, pregúntale a nuestro regidor mayor, ya verás como te dice que está muy alto ahora.
Salud
Claro, que en vez de dedicarse a descubrir la sopa de ajo, que también, deberían vigilar más de cerca en qué se ha gastado el dinero que ha dado su gobierno para reconstruir lo que han destruido en Irak o, por qué cada día se produce más amapola en Afganistán.
Pero nos dicen además, que el 30% de los billetes de quinientos euros, los tenemos nosotros, ¡Mecachis en la mar salada! ¿Pero quien los tiene? Porque algunos no los vemos ni aunque nos demos puñetazos en los ojos y los banqueros dicen que no te prestan ni uno, a no ser que le demuestres que tienes un buen montón empleado en bienes raíces, debajo de la baldosa u otros valores seguros y mensurables, muebles o no.
Con lo de las yerbas ya es otro cantar pues, nuestros vecinos del otro lado del estrecho tienen el asunto organizado de viejo y además, por aquí entendemos mucho de eso, que si las de primavera..., que si las de otoño..., que si los rastrojos. Lo malo es el chocolate del loro, la pringue esa, que los gabachos le llaman mierda y no es sólo porque lo parece.
Pero por aquí, aunque los de la CIA hagan la vista gorda, hay algo mejor que traficar con esas porquerías, que además, está ya casi institucionalizado, se trata del seudopolítico, esa clase de gente que se infiltra en el seno de los partidos y permanece agazapado hasta que obtienen un cargo. A partir de entonces, le sube todo, la moral, la bilirrubina, la cuenta corriente.
Si no te lo crees mocita, pregúntale a nuestro regidor mayor, ya verás como te dice que está muy alto ahora.
Salud
