Hay una cierta preocupación por escasez de gorriones. Yo diría que en tiempos eran pajarillos queridos y odiados a la vez. Supongo que muchos de los que nacimos en pueblos nos pasamos bastante tiempo contemplando los pardales por la ventana, mientras ellos picoteaban en el corral entre las gallinas. A la vez, podíamos oír protestar a nuestros mayores de qué comían el grano en las eras y en las tierras de labor cercanas al pueblo. Recuerdo qué una chica de unos 14 o 15 años con palo en una mano y ... (ver texto completo)