Vista parcial, QUIRUELAS DE VIDRIALES

ME VOY A LA CAMA

Mamá y papá estaban viendo la televisón, cuando mi madre dijo: “estoy cansada, es tarde, me voy a la cama”. Fue a la cocina a preparar los bocadillos para el día siguiente. Puso en remojo los recipientes de las palomitas, sacó la carne del congelador para la cena del día siguiente, comprobó si quedaban bastantes cereales, llenó el azucarero, puso las cucharillas y los platos del desayuno en la mesa y dejó preparada la cafetera. Puso la ropa húmeda en la secadora, la ropa sucia...
Un refrán: "Reunión de pastores, oveja muerta" Se la zamparían y le echarían la culpa al lobo. (Y al dueño la piel de muestra simulando unas dentelladas en el pescuezo... ¡ja, ja!)
También me vien a la memoria una canción de la infancia. Mi madre mientras guisaba:
"Dicen que los pastores/ huelen a sebo (repetido)
pastorcito es el mío/ y huele a romero,
quítate, niña, de esos balcones.
Porque si no te quitas, ramo de flores,
llamaré a la Justicia, que te aprisione
con las cadenas de mis amores.
Dicen...
Ya ves, Emilio, no es guasa aunque lo parezca. La hispiraccion, mixtico... pensé que se burlaba, ¡pero es authénthicox! Nos habla de la majada en el pueblo zamorano de su infancia, mas con ciertas diferencias. Parece que en su pueblo no había rebaños autóctonos de ovejas -sólo de cabras- y que en el verano aparecían los pastores trahumantes extremeños en busca de pasto. La trashumancia, ya tristemente desaparecida o casi, subsistiendo diferente, transformada. En los últimos 40 ó 50 años ha cambiado...
Lo que es el miedo, ¿eh?, y cuánto tiene de irracional. Para un chico de hoy un lobo es simplemente eso, animal salvaje muy similar al perro, mientras que para un hombre del campo de cierta edad, ¡cuidadín, amigo!, es el lobo nada menos: lo mamado en la infancia pesa. El respeto que da la noche en los pueblos. Recuerdo que de niño era salir al corral de noche por una necesidad y ante un ruido repentino, o una sombra que de pronto se mueve o la parecía, se me ponían los pelos de punta. De poco valía...
LA MAJADA

La majada consistía en abonar con excrementos de oveja las tierras. Antaño, cada labrador tenía unas cuantas ovejas que le servían para criar y dar lana con la que nuestras madres tejían calcetines, jerseys y otras prendas de abrigo. El resto se vendía para hacer las famosas mantas Zamoranas. Entre todos los pequeños ganaderos contrataban un pastor que se cuidaba del rebaño del pueblo. Me acuerdo del nombre de un pastor que hubo en el pueblo que le llamaban “Sandalio”. Durante el día...


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