RECUERDOS LEJANOS. Micereces es mi pueblo y mi cuna. Mis raices nunca fueron profundas porque salí de él con 13 años y sólo he vuelto en verano para disfrutar con la familia y las amistades. Los recuerdos, sin embargo, siguen agolpándose desordenadamente y la nostalgia sigue viva en mí. Yo la fomento porque me gusta seguir paladeando el pasado. Nunca olvidaré el cariño que sentía y siento por mis tíos y primos, por mis padrinos. Era cariño mutuo.
Las personas que pusieron pilares básicos a mi educación para comenzar estudios, mi buen maestro de. Dario muy especialmemnte y de. Pedro, párroco del pueblo, a quien buscábamos para besar su mano con un "viva Jesús". A todos ellos, a mis padres y a todos los micerezanos en general, mi agradecimiento sincero.
Mis recuerdos siguen. A la hora de la siesta íbamos a bañarnos al "Caño Real" que hoy ya no existe como tampoco existían los bañadores para nosotros.
Aprovechábamos la noche para esquivar la autoridad e ir de pesca con nuestros padres. Contábamos y repartíamos por arrobas.
Los sábados era mercado en Benavente. Qué satisfacción conseguir vender una docena de pimientos o medio kilo de alubias. O ver cómo los tratantes examinaban las reses y les ponían precio con agudeza y seguridad en el regateo.
Si damos el salto a la actualidad, seguimos con la tradición consagrada de la merienda en la bodega. A la merienda sigue la tertulia larga y animada con todo tipo de comentarios que rebasan, por supuesto, la circunscripción del pueblo.
En las mañanas de verano, antes de salir el sol, paseos lentos por la Vega entre pimentales y trigos, entre choperas y maizales. Aire puro y fresco de mi pueblo y canto de codornices entre los alfalfares en flor.
Por la tarde rio, mucho rio, playa del Tera, encuentro de amigos, lugar de esparcimiento, centro de reunión de muchos pueblos de la provincia y provincias cercanas.
Micereces, pequeño municipio zamorano que con un alcalde en racha sigue consiguiendo logros importantes. El último, la reconstrucción del puente sobre el rio Tera.
A todos mis paisanos que puedan leer estas líneas y recordar conmigo, un fuerte abrazo. Juan Manuel Díez. juanmadidi@telefonica.net.
Las personas que pusieron pilares básicos a mi educación para comenzar estudios, mi buen maestro de. Dario muy especialmemnte y de. Pedro, párroco del pueblo, a quien buscábamos para besar su mano con un "viva Jesús". A todos ellos, a mis padres y a todos los micerezanos en general, mi agradecimiento sincero.
Mis recuerdos siguen. A la hora de la siesta íbamos a bañarnos al "Caño Real" que hoy ya no existe como tampoco existían los bañadores para nosotros.
Aprovechábamos la noche para esquivar la autoridad e ir de pesca con nuestros padres. Contábamos y repartíamos por arrobas.
Los sábados era mercado en Benavente. Qué satisfacción conseguir vender una docena de pimientos o medio kilo de alubias. O ver cómo los tratantes examinaban las reses y les ponían precio con agudeza y seguridad en el regateo.
Si damos el salto a la actualidad, seguimos con la tradición consagrada de la merienda en la bodega. A la merienda sigue la tertulia larga y animada con todo tipo de comentarios que rebasan, por supuesto, la circunscripción del pueblo.
En las mañanas de verano, antes de salir el sol, paseos lentos por la Vega entre pimentales y trigos, entre choperas y maizales. Aire puro y fresco de mi pueblo y canto de codornices entre los alfalfares en flor.
Por la tarde rio, mucho rio, playa del Tera, encuentro de amigos, lugar de esparcimiento, centro de reunión de muchos pueblos de la provincia y provincias cercanas.
Micereces, pequeño municipio zamorano que con un alcalde en racha sigue consiguiendo logros importantes. El último, la reconstrucción del puente sobre el rio Tera.
A todos mis paisanos que puedan leer estas líneas y recordar conmigo, un fuerte abrazo. Juan Manuel Díez. juanmadidi@telefonica.net.
